Una vez me diste un beso,
¿por qué no me sigues dando?
No digo todos los días ...
siquiera de vez en cuando.
Procura no despertarme
cuando me veas dormir.
No sea que esté soñando,
y sueñe que soy feliz.
No me vengas a decir
que tus padres no quisieron.
Con otro hiciste lo mismo,
y tus padres no supieron.
A ese novio que tú tienes
primero lo tuve yo.
Me alegro que te diviertas
con lo que a mí me sobró.
Lindo canta la calandria
y muy lindo el ruiseñor;
mejor canta la botella
si le sacan el tapón.
Pa'la muerte no hay remedio,
ni menos pa'la vejez;
pa'l amor no digo nada,
pudiera ser que tal vez.
Ponderaban de este joven
que tenía ciento y mil ...
Todavía no l'hi visto
ni cama donde dormir.
Tú nunca mires a menos
a otro hombre por ignorante,
porque por más que tú sepas
nunca sabrás lo bastante.
Dicen que es misericordia
dar posada al peregrino.
Dásela mientras no sea
cordobés ni sanjuanino.
Yo quise a una casada,
por ver cómo era.
¡Y habiá sido lo mismo
que una soltera!
Ya me tienes aburrido
con los soles y los vientos.
Cantá una cosa mejor,
cantá con más fundamento.
Desde Tilcara me vengo
porque allá debo una muerte.
Para mí fue una desgracia;
para el otro, mala suerte.
Yo quiero a quien no me quiere,
que es la gracia del querer,
que querer a quien nos quiere
cualquiera lo puede hacer.
El hombre que llega a viejo
se vuelve tonto y celoso,
necio, imprudente, molesto,
desconfiao y fastidioso.
Soy ducho en juego de amor,
y una ocasión jugué riendo...
con una que no sabía,
y esa vez salí perdiendo.
Sombrerito de tres pesos
y corbata de dos cobres.
¿Con eso venís pintando
para conquistar amores?
Si dices que me querís,
será porque estoy presente.
¡Cuántas veces no habrás dicho:
-A la salud del ausente!
Un abrazo y un besito
a cualquiera se le da;
al rico, por su dinero,
al pobre, por caridad.
Con sus permisos señores
les cantaré de atracito,
y si me dan sus licencias
les cantaré de adentrito.
Comiendo se mata el hambre,
bebiendo se va la sed;
y enseñando la moneda
se conquista la mujer.
El día que tú te cases
a mí me sepultarán;
en tu casa habrá alegría
y en la mía llorarán.