Manuel Ruano

(Para información bibliográfica: ver números anteriores de Quevedo)

 

Se da noticia:

1999:

Premio Certamen Literario Nro. XXXII, "Aldo Alessandri", Círculo Literario Bartolomé Mitre, Intendencia Municipal de Azul, Provincia de Buenos Aires (Argentina), para la revista Quevedo.

Premio horonífico de Poesía "Ser en la Cultura", Mutual Universitaria de San Martín, Provincia de Buenos Aires;

Distinción a la Obra poética, Premio a los Trabajadores de la Cultura, Círculo Literario Bartolomé Mitre, Intendencia Municipal de Azul, Provincia de Buenos Aires, Argentina.

2000:

Invitado a participar en el Festival Latinoamericano de Poesía de Rosario, Provincia de Santa Fe, Argentina, por el Gobierno de la Provincia.

Declarado Visitante Ilustre de Rosario, por la Municipalidad de la Ciudad.

Por segunda vez consecutiva, Premio Certamen Literario Nro. XXXIII, "Aldo Alessandri", Círculo Literario Bartolomé Mitre, Intendencia Municipal de Azul, Pcia. de Bs. As. para la revista Quevedo.

Nuevo Reconocimiento a la obra poética de Manuel Ruano, Premio a los Trabajadores de la Cultura, Círculo Literario Bartolomé Mitre, Intendencia Municipal de Azul, Pcia.de Bs. As.

Aparece en Caracas Obra poética de Olga Orozco, de Manuel Ruano, editada por Biblioteca Ayacucho de Venezuela.

Interviene en varios foros literarios invitado por el Movimiento de Revistas Literarias de la Argentina, etcétera.

SON ESAS PIEDRAS VIVIENTES

En el participio pasado de mi sombra yo digo insurrección del alma.

Donde deduje fiebre o gravedad que de llegar resiste

la embestida fatal de Fieras voladoras y aves migratorias.

Porque había una esperanza, sí, llamada Jamás que espera

en el subsuelo de la memoria. Carnicería cruel de la existencia.

Piedra filosofal que llega a nada. ˇPobre animal herido de no se sabe quién!

Llegaste a mí como al Domicilio de los Condenados.

Indigno juicio que el tiempo cierra. Escalinata oscura.

Llegaste a mí sin dar noticia, Adelantada Niña de las Flores pensantes.

Cuando los cielos agotados dormían.

Deduje las distancias, las pestes, los dólmenes vivientes,

las sacrificadas pasiones, las alondras del canto disonante,

la triste Verona. Y me refugié en tus Epocas donde los silencios crecen.

Como un desterrado sin salvación.

Delatado por mi propio fuego.

Coleccionista de historias inútiles y de aguas que vuelven

por su mismo cauce. Invisible náufrago de la marea alta.

Son esas piedras vivientes que contienen el bálsamo de mi fiebre.

En la extinguida sombra, erijo a este sobreviviente

de los eternos hornos solares.

(De Son esas piedras vivientes, A.E.V., Caracas, 1982)

A MI CASA SE LLEGA PERDIENDO TODO RUMBO A PIE

A mi casa se llega perdiendo todo rumbo a pie.

Como llega el pájaro de plumas esplendorosas

Que nunca levantó vuelo;

Pero que dejó un huevo lleno de fantasías

Y regresa el soñador por el camino soñado.

A mi casa se llega perdiendo todo rumbo a pie.

Por ese jardín donde amanecen todos los recuerdos

Y crecen las flores que no brotaron nunca.

Como en el cuadro de una naturaleza ausente,

Allí hay una escalera que sube al mundo del adiós

Y hay otra escalera que baja a una vieja leyenda de fantasmas.

Por mi ventana entran las ramas florecidas

De una planta del ensueño que no existió jamás,

Y asoman las raíces mojadas del último verano.

A mi casa se llega perdiendo todo rumbo a pie.

Allí hay un tubérculo de sol que penetra en el pensamiento.

Allí hay un tubérculo de luna que duerme en la realidad.

Y hay un pensamiento y una realidad colgados en la pared,

Como cuadros de una naturaleza ausente

Que no conducen a ninguna parte;

Como piedras flotantes que escuchan el río invisible de algún recuerdo.

Y a cada oreja se la despoja del viento,

Mientras una garganta secreta nombra el ayer…

A mi casa se llega perdiendo todo rumbo a pie.

(De Hypnos, Gabrielle Editores, Lima, 1995)

EL BARCO DE LOS LOCOS

Cada vez que la razón se hunde en la Historia,

Provocando el naufragio del siglo,

Los locos asoman la cabeza desde la borda de un barco antiguo,

Para ver si la lógica todavía hace agua.

Es el momento de plenamar,

Cuando el barco hincha sus velas rumbo a la muerte.

A pesar de la niebla medieval y sus visiones.

Cuando vienen las grandes guerras, las plagas, los sepulcros colectivos,

Y alguien dice que los hombres han enloquecido,

Los locos asoman la cabeza desde la borda,

Con sus piojos, sus orines, sus gusanos.

Es el momento de entrar en razones,

De obrar con sentido común en el reino del Buen Dios.

Cuando se habla de una nueva medicina y de sus opas de laboratorio,

Ya es un mal síntoma de época…

Porque ya los locos no asomarán jamás su cabeza,

Ni fornicarán a la luz de la luna en altamar.

Y la inocencia morderá su polvo radioactivo.

Es el momento de una pequeña crisis de conciencia.

Y así las cosas: cuando la propaganda del sistema

Habla de los sueños como de un castigo,

Los locos son el juguete del Poder.

(De Mirada de Brueghel, F.C.E., México, 1990)

Ir a la página de inicio

 

1