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Vista Parcial de Piriapolis
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El primer hotel que tuvo Piriápolis
fue un prefabricado, que una vez cumplida su misión, de alojar arquitectos,
técnicos, agrimensores, etc., desapareció. Oficialmente el primer hotel
fue el "PIRIÁPOLIS", tuvo el honor de recibir a los primeros
turistas que llegaron a las playas.
Jones Brown fue su arquitecto,
los muebles fueron importados de Italia, su comedor sumamente original
de la época tiene todas sus paredes revestidas de espejos de Saint Gobain,
que permite de cualquier ángulo una visión total del salón.
En ese comedor estuvo más
de una vez el que fuera presidente de la República Don Baltasar Brum
y que acompaño a Piria en 1920 cuando se puso la piedra fundamental
del Hotel Argentino.
Fue alahado con gran suntuosidad;
vajilla de Limoges, cristalería de Murano y Checoslovaca, alfombras
de Esmirna, mantelería del más fino hilo italiano, todo con el monograma,
cual escudo de nobleza, de HOTEL PIRIÁPOLIS, jerarquizando el lugar,
donde año, tras año, se reunía lo más distinguido de la sociedad oriental
y argentina.
Fue en este hotel donde funcionó
por primera vez el CASINO conseguida la concesión a través de uno de
los administradores, Abello que lo era a su vez del "Parque Hotel"
de Montevideo, del "Savoy" de Buenos Aires y del "Gran
Hotel" de Tucumán. Inaugurado el hotel "Argentino" en
1930, el cual ya tenía salón para tales funciones pasó para el mismo,
adquiriéndose un nuevo juego de fichas de nácar las que lucían grabado
el hotel al que eran destinadas. Hace pocos años éstas debieron ser
retiradas porque su valor real, superaba en mucho al que representan.
El que fuera pionero de la
hotelería del balneario, el viejo "Hotel Piriápolis" hoy cumple
una hermosa función como Colonia Escolar "Dr. Manuel Oribe"
recibiendo niños de todo el país, especialmente de escuelas rurales,
de barrios y del Aire Libre. Este centro perteneciente al
CONAE da así la oportunidad, año tras año a miles de niños orientales
a convivir con otros, conocer algo más que su terruño, a la vez que
no se descuida su labor escolar.
Construcciones
y árboles han crecido simultáneamente en este hermoso balneario.
Extensos bosques de pinos, eucaliptus y acacias de todas las variedades
perfuman y purifican el aire, siendo los mismos ideales para practicar
equitación o pasear en los típicos y cómodos sulkis.
El ciclismo es otro
de los deportes practicados por todos y en todos los modelos de bicicletas,
entre pequeños y muy mayores.
La juventud encuentra en este balneario para la práctica de motociclismo
el lugar ideal, así como la práctica del karting con su pista acondicionada.
Los pescadores de
Piriápolis, difícilmente se sentirán defraudados, ya que tanto el
puerto como toda la zona de Punta Fría constituyen hermosos pesqueros
naturales. Según la época y el lugar que se elija, se podrá pescar
sargos, pescadilla, brótola, congrio, corvina blanca, lisa, pejerrey
y hasta bagualas, que es el hombre que dan en la zona a la corvina
negra.
Entre las rocas,
adheridos a ellas, entre olas que vienen y van aparecen los apetitosos
mejillones, mientras en las mojadas arenas se detectan, por las burbujas
que se desprenden, blancas y enormes almejas.
Otros de los deportes que
últimamente se practica es el aladeltismo, por ser ideales las elevaciones
que rodean al balneario siendo muy posible que el centro de este deporte
bonaerense fije definitivamente se sede acá.
Por las características
de la bahía es muy apropiada para todo tipo de deportes acuático.
Completan los entretenimientos,
en los cuales pueden participar toda la familia, combinándose el ingenio,
con la destreza, el sano humor, agilidad tanto mental como física,
las cacerías que muy acertadamente organiza la Asociación
de Fomento y Turismo de Piriápolis.
Se encuentra además con
un gimnasio, que abre sus puertas a todo deportista que a él llegue
y en el cual se disputan reñidos encuentros de fútbol de salón, básquetbol,
volleybol, etc.
Pero el volleybol es el
deporte, Rey de la playa, en la zona de la Rinconada, en la cual se
permite y en la que siempre y a cualquier hora se estará disputando
un encuentro organizado en el momento y al que tiene acceso todo aquel
que quiera participar.
Fútbol en la playa en horas
de la noche, concursos de construcciones de arena para niños en las
cálidas y hermosas mañanas, matizan el verano de todo aquel que busca
esparcimiento.
El Puerto
Para poderlo construir
de debió quitar nada menos que parte del Cerro del Inglés, conocido
comúnmente con el nombre de San Antonio, ya que éste se adentraba
en el mar.
Dos veces fue totalmente
destruido por las fuertes tempestades marinas, haciendo que la obra
se demorara más de lo convenido por las autoridades. Por esta razón
le fue expropiado a Piria, consiguió, luego que se le restituyese
quedando terminado finalmente en 1916.
Fue la ventana abierta
que permitió la llegada de todo lo necesario para seguir adelante
con la construcción de la ciudad.
En la época que Piria comenzó
la construcción de ésta, el ferrocarril sólo llegaba hasta La
Sierra. Desde ahí se continuaba el viaje en diligencia, existiendo
frente a la Vieja Central la casa de Postas donde se cambiaban caballos
criollos por percherones que eran muy buenos para los médanos.
Luego en 1910 cuando el
ferrocarril pasó por Pan de Azúcar ya Piria compró dos locomotoras
con accesorios correspondientes: vagones de carga, de pasajeros, cerrados
y abiertos, para vías de trocha angosta. La compra la realizó directamente
a la compañía inglesa, y luego pasó al Estado, siendo retirado del
balneario definitivamente.
El trencito llegaba hasta
143 metros sobre el nivel del mar a través de un túnel abierto en
la roca granítica del cerro Pan de Azúcar. Recorrió por años la diligencia
entre Pan de Azúcar y Piriápolis contribuyendo al progreso de la zona,
pero además ha recorrido el mundo entero a través de las postales.
El puerto tiene una profundidad
que permite operar a barcos de hasta ocho metros de calado.
Por años los barcos de
la compañía Mianovich venían el fin de semana desde Buenos Aires inaugurando
en la época una nueva moda de turismo.
Interesante es leer la
lista de pasajeros de la época en donde además de nombre, sexo, profesión
edad, figuraba la religión a la que permanecía el viajero.
Estos viajes fueron interrumpidos
por más de treinta años hasta que en 1979, como los cisnes que cantan
antes, volvió a nuestro puerto el Ciudad de Paraná en
poco tiempo, suspendió la compañía sus históricos viajes nocturnos
al puerto de Montevideo.
La Cruz
Es esta un excursión que
no puede dejar de realizarse. La genial idea de la construcción de
La Cruz en la cumbre del Cerro Pan de Azúcar corresponde al Poeta
de la Partria Juan Zorrilla de San Martín y al Padre Engels Walters,
concebida en 1933, fecha en que el mundo cristiano celebraba el 19
centenario de la Redención del Género Humano. Esta idea mereció la
aprobación y el aliento del entonces Arzobispo de Montevideo Juan
Francisco Aragone.
La realización de tan
gigantesca obra estuvo a cargo de los arquitectos Albérico Izzola
y de De Armas, siendo el primero de los nombrados nieto de Piria,
hijo de su primogénita Adela.
Comenzaron a subir los
materiales a lomo de caballo, pero éstos en el primer viaje, ya no
pudieron seguir trabajando.
Necesitaron buscar mulas,
que no eran muy comunes en la zona, hasta que compraron cinco, las
que luego de terminada La Cruz se dejaron libremente en los campos
del propio cerro.
El capataz de la obra,
vivió por dos años en la cumbre del cerro, con su esposa. El gran
problema que se presentaba esa la fuerte brisa, que constantemente
sopla en la parte alta, impidiendo el trabajo.
La Cruz es de cemento
armado mide treinta y cinco metros de altura. Se sube hasta sus brazos
por una escalera tipo caracol donde se puede disfrutar del panorama
cómodamente sentado.
Hasta el pie del cerro
distante unos siete kilómetros del Pan de Azúcar se puede llegar en
ómnibus locales con frecuencia cada una hora aproximadamente.
El ascenso al cerro está
indicado con flechas en las rocas.
Puede admirarse en la
subida, al comienzo del túnel que fuera abierto para el trencito,
una gran roca con pinturas de ocre que datan del siglo XVI, llamada
Sola y también de Solís, por suponerse que hasta ella llegaron los
primeros españoles que pisaron las márgenes del Río de la Plata
Existen en esa zona las
ruinas de lo que fuera en época de la fundación de Piriápolis la parte
más activa, es posible, del gran complejo del período fundacional
del balnearios: LOS TALLERES.
Estos estaban equipados
con guinches eléctricos que levantaban hasta veinte mil kilos.
Maquinaria y caños de aire comprimido para efectuar los barrenos,
fabricación de adoquines de distintos tamaños, corte de rocas de granito
en toda forma y espesor.
Esta es la zona más rica
en granitos, encontrándose desde el grano negro común, hasta el rosado,
violeta, etc. Que en aquella época se explotó al máximo. Parte del
granito con el cual se hizo el Mausoleo de Artigas ha sido extraído,
de esas canteras.
Continuando por la Avenida
Artigas seis km más adelante se llega a la pintoresca ciudad de Pan
de Azúcar. Progresista ciudad situada junto al arroyo del mismo nombre
y próxima al cerro de igual denominación. El origen de este nombre
se remonta al tiempo del coloniaje cuando se menciona en la historia,
que las tropas de Lecor (1817) acampan en las faldas del Pan de Azúcar,
siendo por lo tanto de origen portugués.
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