En la fantasía de quienes esperan mucho de los programas espaciales, está que quizá, algún día, nuestras astronautas, físicamente tan "diosas" como las diosas de la antigüedad o las mujeres extraterrestres de hoy, vayan a procrear en otros mundos, ya sea con gente de allí, mezclando razas, ya sea con gente de aquí, preservando, multiplicando y expandiendo la carne humana terrícola por otras esferas. La NASA, en tal caso, debería estudiar la posibilidad de seleccionar y entrenar a chicas salidas de agencias de modelos, para que el material femenino "for export" goce de la mejor calidad de la que en otros mundos los hombres puedan tener preferencia. |
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