"No quiero que ignores que entre tantos milagros con que ilustró al mundo este Varón de Dios, brilló también magníficamente por su doctrina; pues escribió una Regla para Monjes, notable por su discreción y rica de doctrina. Si alguno quiere conocer más detenidamente sus costumbre y su vida, hallará en esta institución de la Regla todas las acciones del Maestro; porque este Varón santo, jamás pudo enseñar otra cosa que lo que él vivió." San Gregorio Magno, Diálogos, II, 36
La Regla de San Benito es tal vez uno de los documentos que más influencia han tenido en la vida de los hombres y las mujeres de la Edad Media Occidental. San Benito (c. 480-543) compuso la Regla al parecer al final de su vida, posiblemente a pedido de los monjes de Monte Casino que salían a fundar nuevas comunidades monásticas. Es dificil precisar con exactitud las fuentes monásticas de la Regla benedictina, pero indudablemente acusa influencias de las reglas de Pacomio, Basilio, Casiano y posiblemente de San Agustín. La relación entre esta regla y la contemporánea Regla del Maestro es un tema todavía discutido por los especialistas. La Regla de mano de su gran difusor, el Papa Gregorio y luego de la corte corolingea, terminará por convertirse en la regla por excelencia del monacato occidental.
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