El queso fresco precisa de una temperatura
de 4º C, por lo que se conservara siempre en la nevera, en la parte
alta.
El queso blando se conserva poco
tiempo, por lo que es aconsejable consumirlo lo antes posible. Se conserva
menos que el curado debido a que tiene más contenido en agua por
lo que aumentan las posibilidades de crecimiento de bacterias y hongos.
Es preferible comprar el queso entero
ya que un queso abierto pierde cualidades.
Para conservar los quesos una vez
empezados, cubrir la cara del corte con papel transparente. Si esta en
su punto, guardalo en el cajon de la verdura en la nevera, bien cubierto
y sacalo un rato antes de consumirlo.
Cuando le falta curación,
dejalo en un lugar oscuro, cubierto y a temperatura ambiente.
Los quesos de pasta pueden conservarse
en aceite de oliva virgen, aderezados con hierbas aromáticas como
tomillo, orégano y romero.
El queso de cabra tiene un color
blanco al corte, el de vaca, blanco-amarillento y el de oveja blanco marfil.
Una tabla de quesos nunca debe tener
menos de 5 variedades.
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