Los Estados Unidos tienen un sistema de gobierno federal en el que cada estado mantiene su propia legislatura para asuntos internos, mientras que el Congreso Federal está a cargo de los asuntos extranjeros, la defensa y las cuestiones de guerra y paz. Son dos los partidos políticos principales el Republicano y el Demócrata. Los Republicanos patrocinados por los grandes negocios, son más conservadores; los Demócratas han tendido a ser más progresistas en los asuntos internos.
Al concluir la primera Guerra Mundial, Wilson (Demócrata) aún era Presidente y continuó hasta 1920, año en que recibió dos golpes: el Senado rechazó los tratados de Versalles y la Liga de las Naciones, y los Demócratas fueron derrotados fácilmente en elecciones por el Republicano Harding. Sucedieron a Wilson tres presidentes Republicanos: Harding (1921-1923), Coolidge (1923-1929) y Hoover (1929-1933). Hasta el 29 el país disfrutó un gran periodo; pero el auge terminó abruptamente con la Quiebra de Wall Street (octubre 1929), cuyos efectos fueron catastróficos. A nadie sorprendió que los Republicanos perdieran las elecciones de 1932. El nuevo presidente demócrata, Roosvelt, se entregó vigorosamente a la tarea de tratar de resolver los problemas. Mientras que los presidentes Republicanos habían seguido una política de laissez-faire (permitir que los particulares manejaran la industria con un mínimo de reglamentación gubernamental), Roosvelt tomó medidas de dirección oficial para colocar al país en el camino de la recuperación. Su política se conoció como el New Deal. Aunque no fue enteramente eficaz logró lo suficiente como para que Roosvelt se sostuviera en la Casa Blanca hasta su muerte en 1945.