La globalización es un concepto que está de moda,
del que todo el mundo habla, pero no se sabe definir con precisión.
Quizá esta popularidad sea debida a las convulsiones globales que
vivimos en la actualidad, a los medios de comunicación de masas,
Internet, la nueva economía, el nuevo orden internacional, etc.
Para algunos autores la globalización no existe, consideran que
es más bien una palabra que nos indica situaciones antiguas, que
es lo de siempre. Por esto, al hablar de globalización, es necesario
especificar que es lo que se quiere decir con esta palabra.
La globalización es un movimiento que ocurre en el ámbito
social pero la sociedad no es una simple suma de individuos, es algo
más, y su comportamiento debe ser explicado en referencia a ella,
a los hechos sociales. En "Las reglas del método sociológico"
Emile Durkheim afirmaba que la primera y fundamental de las reglas es:
considerar los hechos sociales como si se tratara de cosas. Sólo
así se puede intentar realizar un análisis objetivo de la
sociedad.
Para Jon Elster "la explicación intencional es la característica
que diferencia a las ciencias sociales de las ciencias naturales" [1,65].
La conducta intencional es la conducta realizada para lograr una meta,
pero esta conducta no solamente incluye metas y deseos, sino también
creencias; la razón es importante en la intencionalidad; "También
la explicación intencional incluye mostrar que el actor hizo lo
que hizo por una razón" [1, 66]. Así, cualquier análisis
de la sociedad, y de la globalización, por muy objetivo que pretenda
ser, no podrá sustraerse a la intencionalidad.
El cambio tecnológico ha hecho posible el movimiento de
globalización actual, pues su estructura y su funcionamiento están
posibilitados por la tecnología; este cambio es un factor de cambio
estructural de la sociedad, de la transformación social.
No hay que perder de vista que "los seres humanos tienen dos formas
de adquirir conocimiento sobre el mundo: pensar y observar. Si damos
prioridad al primer modo sobre el segundo, llegamos a la teoría
racionalista clásica del conocimiento, mientras que si damos prioridad
al segundo sobre el primero, llegamos a la teoría empirista" [6,
161]. Así, la concepción inductivista de la ciencia representa
una influencia del empirismo. Sería conveniente que cualquier análisis
de la sociedad, entre ellos el análisis de la globalización,
tenga en cuenta ambas formas de adquisición del conocimiento.
La pretensión de hacer un análisis científico
de la globalización debe ser matizado. "El falso supuesto de que
hay un método científico universal al que deberían
ajustarse todas las formas y conocimiento desempeña un papel perjudicial
en nuestra sociedad aquí y ahora, especialmente a la luz del hecho
de que la versión del método científico a la que normalmente
se recurre es una tosca versión empirista o inductivista" [6,197].
Para algunos autores no cabe hablar de método científico
en el ámbito social, no se debería hablar de predicciones
en este ámbito; las teorías científicas son construcciones
humanas y están sujetas a cambios y desarrollos continuos. Si la
objetividad no está clara en las ciencias sociales, tampoco el relativismo
es la opción más adecuada; quizá lo adecuado sea un
análisis serio y riguroso.
He de hacer constar algunas advertencias metodológicas
en la elaboración de este trabajo, como pueden ser: el análisis
no pretende ser exhaustivo, los temas no se tratarán con demasiada
profundidad y se proporcionarán ejemplos para aclarar el análisis
siempre que sea posible.
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