3. LOS ASPECTOS SOCIALES DE LA GLOBALIZACIÓN.
Los problemas que atañen a toda la humanidad en su conjunto se
han podido plantear en la actualidad debido a la globalización de
la economía como consecuencia del desarrollo tecnológico
y de las telecomunicaciones, el fin de la guerra fría y al auge
de las ciudades y la idea de la "aldea global" de la información,
y se han creado unas condiciones más favorables para el desarrollo
de los valores universalistas. Si la globalización se entiende actualmente
como globalización económica, hay que decir que si no se
abordan también los aspectos sociales, la globalización no
será completa y pueden aflorar los aspectos más perversos
de ésta; será una imposición de los países
poderosos sobre los débiles. Para Juan Manuel Cobo Suero "Hoy se
sabe que ya no solo el comunismo, también el sistema neoliberal
es incapaz de resolver problemas tan básicos en la humanidad como
son la injusticia social y la pobreza" [7,13]; pero estos problemas deberán
ser tratados y, en la medida de lo posible, resueltos. El planteamiento
liberal deja desatendidas las prioridades sociales y lo social en general,
porque "el capital se apropia de la riqueza social emergente que en todo
o en parte debería dedicarse a ellas" [7,10]. Por ello es necesario
hacer un gran esfuerzo para globalizar también los aspectos sociales
que, de alguna manera, ayudarán a resolver algunos de los aspectos
económicos que están hoy desatendidos. El checo Vaclav Havel
convocó en Praga a una refundación del mundo sobre la base
de un nuevo sistema de valores fundados en la espiritualidad humana. Es
necesario reencontrar el sentido de la ciudadanía e ir más
allá del interés inmediato de algunos países. La mundialización
no sólo ha violado las culturas anteriores, sino también
la historia. Pero en el mundo occidental, que inició la modernización
de la sociedad capitalista, y que continúa en ese camino, debería
de haber espacio para varios modelos de sociedad.
Para Edgard Morin "de todos modos, la asociación planetaria es
la exigencia racional mínima para un mundo encogido e interdependiente.
Es necesario ya, incluso, en el seno de esta asociación, considerar
la ciudadanía planetaria, que daría y garantizaría
a todos derechos terrenales" [11,142]. Porque el ser humano es una persona,
un ciudadano del mundo poseedor de unos deberes y unos derechos fundamentales,
de la dignidad humana.
En la actualidad la globalización es entendida como una tendencia
a la homogeneidad cultural, al pensamiento único, cuyos patrones
de conducta se asocian a la cultura de EEUU. Pero esta homogeneidad sólo
podría ser posible en los países desarrollados y no en los
subdesarrollados, pues muchos de estos países carecen de lo necesario
para tener acceso a la globalización. Muchos pueblos han quedado
fascinado por la globalización a través de la televisión
y los medios de comunicación, a través de espejos trucados,
de información manipulada, y quieren que ese proceso los atrape,
los homogeneice, y colaboran todo lo que sea necesario para que esto les
ocurra, aunque lo más probable es que eso no les ocurra nunca.
Los excesos de la globalización, alejados de la ética,
abordados como imposición, siempre crearán una reacción
en contra de las personas y los países más desfavorecidos
en la aplicación de ésta globalización. Aunque el
libre mercado global crea una elite cultural y económica, también
crea variedades de nacionalismos y fundamentalismos.
La humanidad es variada, multicultural y rica en costumbre y religiones,
pero, sin ser ni relativista ni etnocéntrico se pueden pensar valores
y derechos que pueden considerarse universales (derecho a la vida,
derecho a una muerte digna, libertad de movimiento, libertad religiosa,
sexualidad libre, derecho al agua potable y al aire saludable, etc.); estos
valores básicos son susceptibles de ser globalizados. En cambio,
globalizar aspectos como los religiosos es problemático. De hecho,
las religiones suelen ser excluyentes, poco tolerantes, y no han servido
para aproximar a los hombres. En nombre de la religión, de Dios,
se han cometido las mayores atrocidades. Hay que tener cuidado para no
actuar desde un punto de vista etnocéntrico y hacer de nuestros
valores, los occidentales, los valores de toda la humanidad, que en realidad
es lo que siempre se ha intentado hacer. Adam Smith, el fundador del liberalismo
económico, era profesor de Filosofía Moral y creía
que la actividad económica era capaz de generar mayor grado de libertad
y de felicidad al ser humano. Max Weber en La ética protestante
y el espíritu del capitalismo defendió que la ética
protestante conformaba el espíritu que alentó el capitalismo.
Aunque el capitalismo americano concibe la empresa como un mero negocio,
el capitalismo tradicional invitaba a entender la empresa como un grupo
de personas que realizan una actividad valiosa para la sociedad produciendo
bienes y servicios, a través de la cual obtienen beneficios. Bien
entendido las empresas tienen algo de creación. Los códigos
éticos ayudan a no perder los valores éticos, siempre entendiendo
que un modo de obligar ético es diferente al modo de obligar jurídico.
Algunos autores consideran que el capitalismo actual de la globalización
se mueve por caminos alejado de los valores éticos: búsqueda
de beneficios sustanciosos y rápidos, intensificar la productividad
del trabajo y del capital, globalizar la producción, la búsqueda
de apoyos estatales a cualquier precio para aumentar la productividad y
la competitividad de las economías nacionales; todo ello irá
en detrimento de la protección social y el interés público
para elevar los intereses privados. Hay que intentar concebir las empresas
como grupos humanos e intentar buscar una ética responsable a medio
y largo plazo, y no a corto plazo, para evitar los tan temidos pelotazos.
Joaquín Estefanía señala las palabras de Mario Vargas
Llosa, un representante de las ideas del mundo neoliberal: "Éste
es un sistema frío, amoral, que premia la eficacia y castiga la
ineficacia sin contemplación (...) Es una práctica, una manera
de organizar la sociedad para crear riqueza. Por sí sólo
deshumanizaría a la sociedad y la convertiría en una jungla"
[4,88]. Si el tránsito de la modernidad a la posmodernidad llevaba
implícito un cambio de valores, en la actualidad, en la época
de la globalización este cambio es evidente, ha hecho su aparición
la realidad virtual. La economía virtual está superando a
la real y, según palabras de Joaquín Estefanía: "la
verdad mediática ha sustituido a la verdad auténtica" [4,125].
El liberalismo ha creado un ideal utópico de la sociedad
libre que no se corresponde con la realidad ni en los aspectos económicos
ni en los sociales. La libertad que tenga un individuo dependerá
de la libertad que permita la sociedad, del nivel cultural del mismo y
del poder adquisitivo del que goce; no todas las sociedades, ni todos los
individuos dentro de la misma sociedad, tienen las mismas libertades. "Todos
los individuos nacen en una sociedad preexistente y por tanto no libremente
elegida. La libertad que tenga un individuo dependerá de la posición
que ocupe en la estructura social, de modo que el análisis de la
estructura social es un requisito previo para comprender la libertad del
individuo" [6,200]. Además, por vivir en sociedad, todo tiene unos
límites. "Como dijo John Krige ... todo vale...significa que, en
la práctica, todo sigue igual" [6,202] . Toda libertad total, sin
control, no es libertad, sino imposición del poderoso al débil;
la verdadera libertad solo se sustenta sobre la igualdad. A pesar de todo
la libertad es uno de los derechos que más ha avanzado, aunque gran
parte del mundo carezca de ella, pero ha sido a costa de la igualdad. Hay
que tener en cuanta que el hecho que la sociedad proporcione educación,
salud, trabajo, y demás cosas materiales, no implica que se garantice
la libertad, aunque ayude. Según Isaiah Berlin "Vivimos en un mundo
que se caracteriza por estar gobernado por regímenes (tanto de derechas
con de izquierdas) que han hecho, o quieren hacer, precisamente esto; y
cuando lo llaman libertad, ello puede ser un fraude tan grande como la
libertad del pobre que tiene derecho a comprarse artículos de lujo.
En efecto, una de las cosas que intenta hacer ver la célebre historia
del Gran Inquisidor de Los hermanos Karamazov, de Dostoievki, es precisamente
que el paternalismo puede dar las condiciones de libertad y, sin embargo,
negar la libertad misma" [9, 57].
El neoliberalismo reclama la libertad individual, pero la libertad
debería entenderse como libertad responsable, como responsabilidad,
no como anarquía. Globalizar el concepto utópico de la libertad
individual que ofrece el neoliberalismo es problemático. "Una libertad
puede abortar otra; una libertad puede obstruir o dejar de crear condiciones
que hacen posible otras libertades, o un grado mayor de libertad, o la
libertad para más personas (...) la libertad del individuo o del
grupo puede no ser del todo compatible con un grado total de participación
en una vida común, con las exigencias que esto lleva consigo de
cooperación, solidaridad y fraternidad (...) - por ejemplo, la libertad
que tienen los padres o los directores de escuela de determinar la educación
de sus hijos, la que tienen los patronos de explotar o despedir a sus trabajadores,
la de los propietarios de esclavos para disponer de estos o la de el que
tortura para hacer daño a sus víctimas - puedan ser en muchos
casos totalmente indeseables y deban reducirse a suprimirse en cualquier
sociedad sana y decente, no hacen que sean libertades menos auténticas"
[9,58]. No hay que olvidar que la libertad es un atributo de la persona
aunque se aplique a las cosas. El neoliberalismo nos ofrece una imágen
de convivencia humana de la cual han desaparecido el derecho a disentir,
el reclamar y la desobediencia civil, valores que constituyen el corazón
de la democracia. Es notorio que "la cultura occidental ha ido progresando
hacia el individualismo" [8,20]. En este camino hay que tener en cuenta
que la libertad individual puede entrar en conflicto con las libertades
y derechos sociales, y la organización democrática. La globalización
impulsada por el neoliberalismo manifiesta una contradicción
creciente: "la pluralidad informativa es necesaria, pero la concentración
de medios en gigantescos conglomerados es inevitable técnica y económicamente.
Conforme avanza la concentración disminuyen las posibilidades de
que todo el mundo pueda expresarse a través de los medios" [4,109].
Además, es posible que partiendo de una libertad ilimitada se termine
llegando a un despotismo ilimitado, a un totalitarismo. Es necesario ejercer
la libertad de forma responsable.
Para María Zambrano "Si se hubiera de definir la democracia
podría hacerse diciendo que es la sociedad en la cual no sólo
es permitido, sino exigido, el ser persona"[8,133]. La novedad del orden
democrático es que ha de ser creado entre todos. Es necesario que
los ciudadanos tengan asumido su condición de persona y la dignidad
del ser humano. Además: "El orden democrático se logrará
tan sólo con la participación de todos en cuanto personas,
lo cual corresponde a la realidad humana. Y que la igualdad de todos los
hombres, dogma fundamental de la fe democrática, es igualdad en
tanto que personas humanas, no en cuanto a cualidades o caracteres; igualdad
no es uniformidad. Es, por el contrario, el supuesto que permite aceptar
las diferencias, la rica complejidad humana y no sólo la del presente,
sino la del porvenir. La fe en lo imprevisible"[8,164]. Quien no participa
en nada no es ciudadano, sino alguien que se deja llevar. Una consecuencia
de la caída del muro de Berlín ha sido la extensión
de la democracia por el planeta. Excepto China, algunos países árabes,
y unos cuanto países pequeños, el resto del mundo se reclama
orgullosamente democrático. Así la Democracia se consolida
como un sistema político mundial. Pero frente al concepto liberal
de democracia han surgido planteamientos críticos. La corriente
"comunitarista" considera que la democracia es una forma de vida que fomenta
en los individuos la capacidad de orientarse hacia el bien común.
La democracia es universalista en seguridad pública, respeto a los
derechos, igualdad ante la ley. Además asegura la separación
de lo público y lo privado y exige responsabilidad civil s los gobernantes.
Con la desaparición de la URSS se llegó a pensar que era
posible la paz, el fin de las guerras, según lo descrito por Kant
en su obra "La paz perpetua", por el triunfo del derecho en
las relaciones entre estados organizados democráticamente, pero
no ha sido así; siempre se encuentran motivos para la divergencia
no pacífica.
La idea de la globalización está asociada a la democracia,
la paz y la prosperidad, aunque esto represente una falsa realidad,
pues no se tienen en cuenta sus límites y su regulación.
Para algunos pensadores no puede haber genuina democracia en sociedades
con grandes desigualdades y pobreza, como ocurre en muchos países
de todos los continentes. Casi todos los gobiernos de hoy en día
se dicen "democráticos", una buena parte de ellos, especialmente
en África, Asia, Oriente próximo, América del sur
y Centroamérica, han estado, o están, gobernados por regímenes
militares. En el Este se vive bajo el capitalismo en su peor versión,
bastante salvaje, el de las democracias impuestas por Occidente. El mudo
árabe tiene características especiales, como la exclusión
de la mujer del ámbito político y de toma de decisiones.
Analizando detalladamente estas situaciones llegamos a la conclusión
que hay muchos países que se dicen democráticos y que no
lo son; hay aspectos difíciles de globalizar. Sucesivas reformas
cuando algo sale mal, sin mejorar o cambiar, no sirven para nadad a la
democracia.
Uno de los grandes ejes del modelo neoliberal es la seguridad, que también
es un gran manto que sirve para cubrir las deficiencias e injusticias del
modelo. En realidad este concepto hace que el ciudadano común crea
que corre un gran peligro, y este sentimiento genera desconfianza, se evita
al otro y se fomenta el individualismo.
La confianza en la democracia tiene una consideración a la
baja, su valor ha caído en los últimos tiempos porque
"la política económica de un gobierno no es tan determinante
para el bienestar de los ciudadanos de un país como la acción
de un grupo de operadores anónimos, que actúan como epicentro
de un terremoto a miles de kilómetros de donde la decisión
va a tener efecto" [4, 54]. Hay que tener en cuenta que en el proceso de
globalización de finales del siglo XIX y principios del XX; cuando
la economía no consideraba a la política, se vivieron dos
terribles guerras mundiales. El sometimiento de la economía a la
política es lo natural pero actualmente la tendencia es la contraria.
Además, la falta de transparencia debilita la democracia. A veces,
vemos que en lugar se ser universalista es particularista al permitir arbitrariedad
judicial, discriminación y parcialidad en complicidad con los gobernantes.
Franklin Delano Roosevelt decía que "una democrácia no está
segura si el pueblo tolera el crecimiento de un poder privado hasta tal
punto que se convierta en más potente que el propio Estado democrático.
En esencia eso es el fascismo". La corrupción está tan asentada
en las democracias de los países emergentes, y en las ya consolidadas,
que será difícil erradicarla. Se deberían impulsar
políticas de participación de la gente para revalorizar el
sistema democrático porque cada vez hay más distancia entre
los políticos y los ciudadanos. Debido a todos estos problemas se
pone de relieve que la democracia necesita reflexión, ser pensada
de nuevo.
Se fundaron entidades supranacionales como la Sociedad de Naciones o
la ONU, que es la que más puede parecerse al Estado mundial
organizado en clave geográfica y territorial; pero un posible cosmopolitismo
no podrá estar basado esta estrategia territorial ya que lo global
no se va a referir a territorios, sino a redes y usuarios. El Estado global,
si es que alguna vez llegara a existir, puede no ser democrático.
En la actualidad tampoco la ONU es una organización plenamente democrática,
pues algunos países, los que tienen más poder, tienen más
peso. Para J. Echevarría el "Tercer Entorno" que se está
creando, la Sociedad de la Información, no es un espacio democrático,
sino que puede ser comparado, por su estructura económica y de poder,
con un sistema de señores feudales, que son las grandes empresas
transacionales de teleservicios.
Las instituciones democráticas no son capaces de reducir el abismo
que hay entre los ricos y los pobres, al contrario, con la globalización
esta situación se ha visto acentuada y podría ocurrir un
retorno de formas de gobierno autoritarias.
La izquierda ha acabado aceptando como inevitable y de forma poco crítica
que sólo caben variaciones de matiz al modelo que se está
imponiendo de forma global.
Las potencias vencedoras de la Segunda Guerra Mundial trataron de organizar
la paz para que en adelante no fuera necesario el recurso a la guerra.
No se pudo evitar la polarización de las naciones en bloques ni
las tensiones de la guerra fría, pero se evitó la confrontación
armada. Así, en 1945 se creó la Organización de
las Naciones Unidas (ONU). Su estructura repite la de la Sociedad de
las Naciones, creada en Ginebra en 1919. Del complejo artículo de
la carta de la ONU cabe destacar algunos objetivos prioritarios:
Mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales evitando el uso
de la fuerza; se reconoce la libre determinación de los pueblos;
se rechaza la explotación dominante de las grandes potencias sobre
otros pueblos; declara la defensa de los Derechos del Hombre - principio
que se concretará en la "Declaración universal de los derechos
del hombre" hecha por la Asamblea de la ONU el 10 de diciembre de 1948
- ; se crean las bases organizativas paraa fomentar la cooperación
pacífica entre las naciones en materia económica, cultural,
sanitaria, encargándose a la UNESCO y a la FAO las cuestiones culturales
y alimenticias respectivamente. Así, hoy en día, con todas
sus críticas y problemas, las Naciones Unidas constituyen
la única posibilidad de trabajar en un marco etico-juridico apropiado
a escala global. Es deseable una ONU independiente del capital y más
democrática para hace creíble y posible un gobierno mundial
que garantice la paz y la cooperación entre todos los pueblos de
la tierra.
La globalización de derechos se intentó con los Derechos
Humanos (DH), que corresponden a los derechos y libertades que tienen
todos los hombres por el mero hecho de pertenecer a la especie humana.
Algunos autores consideran que estos derechos son los derechos de los ciudadanos
occidentales, que arrastran las virtudes y los defectos de la Ilustración.
Esta declaración reconoció por primera vez a escala mundial
los derechos fundamentales de las persona y la dignidad humana. En los
modernos ordenamientos jurídicos de los Estados y en las políticas
de los gobiernos los DH ocupan un lugar importante en la jerarquía
normativa y deben ser garantizados y protegidos por los poderes públicos.
Tanto la Declaración de 1948 como los Pactos de 1966 recogen los
derechos procedentes de la tradición liberal (derechos civiles y
políticos) que se conocen como derechos de la "primera generación",
o de la libertad, y los derechos de la tradición socialista (derechos
económicos y sociales) calificados como derechos de la "segunda
generación" o de igualdad. A partir de los años 70 se habla
de derechos que tratan de responder a las nuevas exigencias de los tiempos,
los derechos de "tercera generación" o de la solidaridad. UNICEF
es el organismo de la ONU que se encarga de velar por los derechos de los
niños. Pero si todo son buenas intenciones los DH están muy
lejos de su práctica universal. Pero aun hay terribles violaciones
de los derechos humanos en países como Arábia Saudí,
China e Indonesia, entre otros. Organizaciones como Amnistía Internacional
operan a nivel mundial y tratan de sacar a la luz el incumplimiento por
parte de muchos estados de los Derechos Humanos, a veces incumplidos hasta
por los países desarrollados. Algunos autores consideran que los
Derechos Humanos han de ser pocos y concretos, si queremos que sean verdaderamente
universales.
El 17 de julio de 1998 se aprobó el estatuto de la Corte Penal
Internacional (CPI) o Tribunal Penal Internacional (TPI) en Roma. Se
está trabajando para la creación de un TPI, pero será
necesario que los sistemas judiciales de cada país sigan defendiendo
los Derechos Humanos persiguiendo a los autores que los violen allá
donde actúen, independientemente de quienes sean y donde estén.
Intenta proteger de forma eficaz a la población cuando se encuentra
afectada por conflictos armados. La Corte pretende disuadir a los criminales
potenciales con su simple existencia e impedir que los verdaderos criminales
escapen a la responsabilidad de sus actos. Durante la querra fria no fue
posible una creación de este tipo en el seno de la ONU, pero tras
los cambios acaecidos a partir de 1990 se pudieron establecer dos tribunales
internacionales para los conflictos de la antigua Yugoeslavia y Ruanda,
basándose en las decisiones del Consejo de Seguridad de 1993 y 1994.
El TPI refleja la globalización jurídica, basada en una red
de leyes nacionales y tratados internacionales existentes. Se deberá
universalizar una ley para todos, sin que nadie esté por encima
de la ley o al margen de ésta. La impunidad es la herencia
negativa para las sociedades y debe ser combatida. La inactividad la alienta.
La cultura de la impunidad es la que a lo largo de los años ha amparado
a los responsables de violaciones de derechos humanos y a los saqueadores
de pueblos. Más de 60 países ya han ratificado el Estatuto
con lo uqe este ya ha entrado en vigor, pero se da la paradoja que EEUU
es el único país occidental que no acepta el TPI, aunque
esté en la lucha internacional contra el terrorismo. Será
la primera jurisdicción penal internacional permanente para juzgar
crímenes de genocidio, de lesa humanidad, de guerra y de agresión,
bajo los principios de legalidad, independencia e imparcialidad. No se
aplicará a los territorios de países que no hayan ratificado
el estatuto; tampoco los que, cometiendose en el interior de los países
que han ratificado el estatuto, sean asumidos por las jurisdicciones nacionales
por el principio de complementariedad; así se erradicará
la impunidad. El 1 de julio de 2002, con 76 ratificaciones y 139 firmas
entró en vigor la CPI; el 1 de abril del mismo año reunió
el número mínimo de ratificaciones necesarias para su entrada
en vigor. El principal problema de la CPI es la oposiciónde Estados
Unidos, que se ha opuesto a su jurisdicción.
Todos los hombres tienen derecho a vivir donde prefieran, pero la libertad
de movimiento es siempre polémica. Cuando el mundo estaba dividido
en dos bloques políticos, Occidente criticaba enérgicamente
a la URSS la carencia de libertad de movimiento de sus ciudadanos a trasladarse
donde quisiesen. Hoy, tras la caída del muro de Berlín, son
los países occidentales los que restringen la libertad de movimiento
a la mayoría de los habitantes del planeta. Los comunistas prohibían
salir de sus fronteras; los países occidentales prohiben la entrada
en las suyas. Cuando se habla de libertada de mercado se habla de la libertad
de circulación de capitales, productos y servicios, pero no tanto
de libertad de circulación de trabajadores, de personas. Un mundo
globalizado verdaderamente, un mundo libre, no será posible sin
una de las libertades fundamentales, la libertad de movimiento; el hombre
es ciudadano del mundo. Se hacen esfuerzos desiguales en nombre de la globalización;
se hacen más esfuerzos en la libertad de movimiento de mercancías
y capitales, aunque esa libertad no es ni igualitaria ni recíproca,
que en la libertad de movimiento de personas.
La globalización ha suscitado importantes desplazamientos
de población forzosos entre países, de trabajadores y
de refugiados por el hambre, por la guerra y el genocidio. La intolerancia
suele ser uno de las primeras causas del desplazamiento de las personas,
de las migraciones: por razones de pobreza, de discriminación racial,
política, de género, etc. ACNUR fue creada por resolución
de la Asamble General de las Naciones Unidas el 14 de diciembre de 1950
para ayudar a reasentar a los refugiados europeos que aún
estaban sin hogar como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. Desde
entoncea ACNUR ha seguido trabajando para satisfacer las necesidades del
cada vez mayor número de refugiados y personas desplazadas en el
mundo. Las migraciones de personas han sido frecuentes a lo
largo de toda la historia. El colonialismo fue una válvula de escape
al problema del aumento de la población en Europa en el siglo XIX.
Unos países eran proveedores de mano de obra y otros eran los destinatarios
de la misma. Pero como la historia es paradójica, países
que fueron emigrantes hoy son los receptores de la emigración. Europa,
tierra de emigración, hoy es tierra de inmigración; América
latina, tierra de inmigración en el siglo XX, se ha convertido en
área de emigración; la vida da muchas vueltas y la historia
no es estática. Los inmigrantes y las minorías étnicas,
aparecen como chivos expiatorios en épocas de crisis económica;
son a menudo objeto de racismo u otras formas de intolerancia, ya no solo
en los países de origen, sino también en los países
de destino.
Aunque se trate de integrar a los inmigrantes en la sociedad
no siempre es fácil, y para algunos autores tampoco debería
ser necesario. Hay graves problemas relativos a su educación anterior,
problemas lingüísticos, desorientación cultural, conflictos
religiosos, problemas debidos a las condiciones de vida, hábitos
y problemas económicos. Muchos de ellos cambian de país por
necesidad, de forma transitoria, esperando el día que puedan regresar,
y no hacen esfuerzos para la integración. Es cierto que en las circunstancias
actuales no es posible permitir una emigración sin límites
porque crearía graves problemas, pero si es posible facilitarla
y legalizarla para adecuar las necesidades de inmigración y emigración.
La tendencia a la globalización y las dificultades impuestas
a la emigración han propiciado el tráfico de personas
en el mundo es un negocio que va en aumento. Este proceso ha propiciado
que algunas organizaciones delictivas vean a las personas no como seres
humanos, sino como mercancías. La situación actual permite
asegurar que la libertad de movimiento de las personas y el la emigración
serán algunos de los principales temas de debate más calurosos
de los próximos años; hay muchos intereses en juego.
3.6- La globalización cultural.
La cultura es de gran importancia para la globalización porque
ayuda a vertebrar a la sociedad. El mundo actual es étnica y culturalmente
diverso y las ciudades ponen de manifiesto esta diversidad. En los últimos
decenios la globalización de la economía y la aceleración
de los procesos de urbanización ha incrementado la pluralidad étnica
y cultural de las ciudades a través de las migraciones, nacionales
e internacionales, que conducen a la interpenetración de poblaciones
y formas de vida diversas en las ciudades. La ciudad , tan importante
para el capitalismo y la globalización, adquiere cada día
más protagonismo tanto en la vida política como económica,
social y cultural.
La cultura, como la sociedad, está constantemente evolucionando,
y es normal que surjan reacciones contra la mundialización o globalización.
Cuanto más se globaliza el mundo, surgen más movimiento que
reivindican la identidad individual, al identidad cultural.
Para algunos autores se debería tratar de no homogeneizar
la cultura en el proceso de globalización, más cuando la
cultura de la globalización actual puede ser "la cultura de consumo,
cultura de lo efímero, que condena todo al desuso inmediato Todo
cambia al ritmo vertiginoso de la moda, puesta al servicio de la necesidad
de vender" [12,271]. Otra paradoja de la globalización neoliberal
es la potenciación de la homogemeidad cultural y el pensamiento
único, que se aleja de sus alabanzas a la individualidad. No sería
admisible una cultura única, un pensamiento único y acrítico.
Tomas Friedman reconoce que la globalización acarrea nuevos problemas
como la homogeneidad del mundo, de sus culturas, la pérdida de raíces
de las personas. Es cierto que en los últimos años son muchas
las culturas, las lenguas, y hasta los pueblos que han desaparecido. En
este sentido la homogeneidad se está estableciendo; prevalecen las
culturas más fuertes sobre las más débiles. A veces,
se ve justificada la discriminación positiva y hasta el proteccionismo
de las culturas más débiles. Pero la televisión lleva
la imagen de la prosperidad potencial a toda la población mundial,
de un mundo y una cultura virtual, nunca real.
Para Edgar Morin no hay homogeneidad, sino mestizaje. "No olvidemos
que el mestizaje ha creado siempre la diversidad, aun favoreciendo la intercomunicación
(...) la creación artística se alimenta de influencias y
confluencias" [11,146] como son el caso del flamenco, el jazz, las corrientes
pictóricas, musicales o narrativas. Pero si en ciertos aspectos
el mestizaje es real y productivo, un concepto deseable, no es menos cierto
que las culturas no se mezclan fácilmente. Persisten "grumos culturales"
deslocalizados en algunas regiones del planeta, caso de la ex Yugoslavia,
o en las grandes ciudades; siempre existen los "barrios chinos", o los
nichos de culturas, como los "judíos", que viven juntos, pero separados
culturalmente. La integración y es mestizaje no es tan sencillo
ni evidente, y menos si tratamos los asuntos religiosos. Sería deseable
desechar el concepto de homogeneización cultural y potenciar la
diversidad de culturas en convivencia y tolerancia, siempre con unas normas
básicas y comunes para facilitar la convivencia; todos iguales en
derechos pero todos diferentes
Para Samuel P. Huntington el mundo del futuro estará envuelto
en guerras de "civilizaciones". Nos habla de un choque de cultura, pero
el problema es que nuestras sociedades son ya multiculturales y
cualquier choque entre culturas ya no se dará entre países,
porque el enemigo ya no estará fuera, sino dentro. La multiculturalidad
ya es un hecho. Los inmigrantes han de adquirir identidad dual y aceptar
el sistema de valores democráticos, aunque para Giovanni Sartori
en las sociedades multiétnicas existen inmigrantes inintegrables.
Pero la multiculturalidad puede ser una riqueza, un crisol cultural, una
encrucijada de civilizaciones. La riqueza ya no está en el repliegue
ni en la fortaleza, que llevan al declive y a la endogamia, sino en la
interacción con las demás culturas. También se plantea
el tema ético de si se pueden seleccionar los inmigrantes para evitar
inmigrantes inintegrables (musulmanes, judios, etc...)
3.7-Las Organizaciones No Gubernamentales (ONG's) o solidarios.
Muchos países tienen carencias en aspectos como la sanidad, la
educación o la tecnología. Estas carencias no son atendidas
por sus gobiernos, bien porque no disponen de los recursos necesarios para
ello, bien por negligencia y falta de interés. Para intentar solucionar
estos problemas grupos de personas, solidarios, han creado organizaciones
de ayuda. las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) son, a demás
de necesarias, deseables. En la actualidad es grande la importancia internacional
que tienen las ONG; las organizaciones más grandes como Amnistía
Internacional, Greenpeace, CARE, Médicos Sin Fronteras y otras "sin
fronteras" son muy influyentes. Una señal del creciente peso de
estas organizaciones es la molestia que causan en determinados sectores.
En los últimos años se ha incrementado el número
y el peso de las ONG; en la actualidad hay alrededor de 30.000 internacionales.
En la medida que la confianza en los partidos políticos y en las
empresas siga en descenso, los gobiernos sigan canalizando más dinero
a través de las ONG y las comunicaciones, terrestres y de información,
Internet, vayan facilitándose, el número de estas organizaciones
seguirá incrementándose. También se está incrementando
el número de personas que no están conformes con la sociedad,
tal como está configurada, y quieren aportar algo , mejorar en mundo,
en la medida de lo posible.
Las ONG son una herramienta eficaz para recaudar dinero. Los
gobiernos de los países ricos prefieren dar recursos a las ONG que
a los gobiernos de los países pobres, muchas veces corruptos y poco
emocráticos. Entre 1994 y 1997 el gasto de la Unión Europea
a través de las ONG creció de un 47% a un 67% del total del
gasto destinado a ayuda, y todo parece indicar que continuará incrementándose.
Es cierto que muchas veces son los estados corruptos e ineficaces los que
llevan o mantienen a sus pueblos a situaciones de pobreza, pero también
las potencias comerciales desarrolladas, las que manejan el BM, alimentan
y promueven estas situaciones para su propio beneficio.
Pero aunque cada día se canaliza más dinero a través
de las ONG, las ayudas al desarrollo han disminuido. Sólo
cinco países del mundo: Suecia, Luxemburgo, Holanda, Dinamarca y
Noruega - países con tradicional sensibilidad social y cercanos
a la sociedad del bienestar, aunque no sean los más ricos - destinan
el 0,2% del PIB para ayuda al desarrollo, mientras que los países
más ricos, los de la OCDE, han reducido esta ayuda a la mitad en
la última década. Con esta tendencia la globalización
profundizará más las grandes diferencias que separan a los
países desarrollados de los menos desarrollados. Pero ya no sólo
compiten las personas por los subsidios, sino que ahora también
compiten las ONG´s.
Pero también es verdad que en la actualidad las ONG tienen una
dependencia excesiva de la financiación pública, lo
que limita la independencia de criterios de estas organizaciones respecto
al poder político del que pasan a depender. Esta situación
es contraria a sus principios fundacionales y de su propia denominación
de Organizaciones No Gubernamentales.
Muchas de las grandes organizaciones trabajan como empresas y
tienen grandes presupuestos y personas altamente cualificadas que, muchas
veces, cambian de trabajo pasando por gobiernos, las Naciones Unidas y
las ONG. Algunas de estas organizaciones utilizan su influencia para intervenir
en la elección de los nuevos responsables de las agencias de la
ONU. En Sudán, una compañía petrolera canadiense,
Talisman, trata de trabajar con ONG locales para evitar acusaciones de
que está impulsando la guerra civil local. Grandes empresarios están
intentando atraer y cooperas con las ONG. Algunos de ello, como Bill Gates
y George Soros, ya ejercen poder en el sector del voluntariado. En la actualidad,
en áreas vinculadas a la ayuda, los flujos de capital privado superan
ya a los flujos de capital público. Las ONG son cada vez más
necesarias como socias para algunas empresas y ella necesitan cada vez
más capital privado para llevar a cabo sus proyectos.
Las ONG son necesarias pero, a veces, debido a la falta de comprensión
del problema en su justa medida, debido a problemas culturales, religiosos,
políticos y sociales, estas organizaciones no consiguen los objetivos
de ayuda, sino que crean mayor dependencia. El mayor esfuerzo de las ONG
es de carácter paliativo y quizá debería ser más
preventivo y transformador. Es lícito pensar que se tapan, a veces
en silencio y con actitud acrítica, los agujeros abiertos que el
sistema capitalista, por la intervención de alguna de sus instituciones
financieras, y la corrupción de algunos gobernantes. A veces se
reemplazan salarios por voluntarios y políticas públicas
por solidaridad individual. También es frecuente que la ayuda externa
sea desviada por los gobiernos receptores para satisfacer sus propios propósitos.
Para Herder Cámara, obispo brasileño, "nuestros actos de
ayuda hacen a los hombre aún más necesitados, excepto si
van acompañados de actos destinados a extirpar la raíz de
la pobreza". La ayuda externa, tal como se administra actualmente, raras
veces es efectiva y con frecuencia es contraproducente. Con frecuencia
los proyectos de desarrollo son diseñados y realizados por foresteros
y cuando éstos se van es poco lo que queda. Muchas veces la ayuda
está diseñada para servir a los intereses de los donantes
y no de los receptores.
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