Empleando alcohol anhidro, tan bajo como se desee.
Empleando alcohol hidratado, 20% si se mezcla con nafta especial y 30% si se mezcla con nafta común.
Estos porcentajes pueden ser disminuidos en caso de agotarse estabilizantes.
El porcentaje máximo de alcohol para una mezcla carburante depende de otras razones:
Por motivos de seguridad no debería exceder del 85% .
En razón de la extensión de su aplicación debe tenerse en cuenta que :
d1) Si se decide su empleo a nivel nacional, en caso de excederse el 30% será necesario contemplar modificaciones en los motores .
d2) Si se decide su empleo a escala regional sería necesario evitar superar el, 30% para no causar inconvenientes en los automotores en tránsito en la región.
La factibilidad técnica de producir el volumen de alcohol que seria requerido
Ante todo es preciso definir cual sería este volumen de alcohol requerido .
Ello dependerá naturalmente del grado de sustitución de nafta que decida abordarse.
La decisión a este respecto será obviamente de naturaleza política y puesto que eI Gobierno tiene bajo estudio el asunto, es aconsejable ubicarse en posiciones extremas.
Se considera que las condiciones extremas se plantearían en los siguientes términos:
-
Sustitución del 85% del consumo total de motonaftas.
-
Sustitución del 30% de la motonafta consumida en el N.O.A. Provincias servidas por la Divisional Salta de YPF (Jujuy, Salta, Tucumán y Sgo. dei Estero).
La alternativa (b) es de máxima regional y el límite del 30% ha sido fijado por el criterio de no hacer obligatoria la introducción de modificaciones en los motores.
Para la alternativa (a) resulta un volumen del alcohol requerido del orden de 4.47O.OOOm3. y para la (b) del orden de 8O.OOOm3.: anuales.
Una u otra alternativa exige estudiar el destino a dar a los excedentes de nafta sustituida. Este tema es tratado en el capítulo siguiente.
La producción de 4.470.000.000m3. de alcohol (anhidro o hidratado) con un rendimiento de 60/65 lts. por Tn. de caña su pone la disponibilidad de 70.000.000 Tn. de caña anuales (a 45/50 Tn. promedio, equivale a l.500.000 ha. cosechada una inversión en instalaciones para procesamiento de caña para destilación, estimada en u$s 745 millones y de ü plantación de cañaverales del orden de u$s 535 millones.
Las disponibilidades de tierras aptas en el país puede da: se por asegurada, si bien en algunas zonas (Chaco, Formosa, Misiones) deberán hacerse desmontes.
El problema que se plantearía es de mano de obra, ya que para levantar cosechas de 17.000.000 Tn. de caña (1977) se ha tropezado con dificultades para disponer el personal necesario.
Un proyecto de la dimensión indicada (sextuplicaría la producción cañera actual) haría imperioso considerar la introducción de un altísimo grado de mecanización de las operaciones agrarias, lo cual, con prescindencia de las implicancias económicas, sólo podría ser estudiado para el largo plazo .
Sin perjuicio de lo que antecede, en el capítulo siguiente se formulan consideraciones económicas acerca de la aceptabilidad de la .producción de alcohol como producto principal y como subproducto de la explotación de la caña de azúcar.
Para la alternativa (b), cuyo volumen es varias veces menor que (a) la necesidad de alcohol alcanzaría a 8O.OOOm,3 anuales; con una capacidad instalada actual de destilación de 1.165.000 lts/día, bastaría la operación durante 200 días/año para totalizar 230.000 m3./año, es decir los 8O.OOOm3. requeridos más 150.000 m3. que es el promedio de producción de los ejercicios 1773/74 a 1977/78.
No es preciso en consecuencia considerar la necesidad de ampliaciones.
Si se decide producir alcohol anhidro, las inversiones requeridas serían muy modestas (del orden de u$s 450.000) que pueden reducirse sustancialmente en caso que algunos ingenios grandes resuelvan emplear sus propias capacidades de infraestructura (talleres e instalaciones).
En cuanto a la capacidad agraria instalada, es ampliamente suficiente para una producción adicional de 8O.OOOm3. anuales de alcohol y el requerimiento extra de mano de obra se estima no relevante.
Como síntesis de lo que antecede, se considera que la factibilidad técnica de una sustitución significativa del consumo de nafta por alcohol no se halla garantizada en modo alguno para la alternativa de máxima.
Aún suponiendo que la sustitución fuera del 30% en vez del 85% para todo el país, debería algo más que duplicarse al área sembrada (actualmente 350.000 ha.) o mejorar significativamente el rendimiento promedio en toneladas de caña por hectárea, asunto éste sobre el cual mucho podría hacer se, particularmente en Tucumán.
Las inversiones requeridas no se hallan fuera de alcance pero el factor limitativo es la disponibilidad de mano de obra.
La alternativa regional es en cambio, técnicamente factible, como también lo es cualquier solución de alcance más limitado, por ej. el empleo de alcohol con nafta super solamente y el uso de nafta común pura, sea que esta disposición se adopte para todas las empresas que comercializan nafta o solamente para YPF.
Debe notarse sin embargo que cualquier solución incluida en la mínima o de dimensión inferior a ésta será irrelevante en relación con el planteo inicial del problema
Aún esta alternativa de mínima (máxima regional 80.000m3. de alcohol), en lo que hace a la sustitución de un recurso no renovable por uno renovable, representa solamente un 1,5% del consumo nacional de motonaftas, común más especial.
Y en relación con el problema de coyuntura para la presente zafra, ese volumen de alcohol. equivale a 1.250.000 de caña, es decir aproximadamente el 30/40% de la caña que se estima quedaría en pie.
Conveniencia Económica
Análisis primario
Bajo este título se designa a la comparación directa de, los precios de las motonaftas y del alcohol como eventual sustituto.
Para las motonaftas se adopta el precio oficial en tanque de destilería que, a comienzos de marzo 1977 era de $63 el lt. para la nafta especial y &58,60 para la nafta común.
A la misma fecha, el precio del alcohol de 96°, puesto en destilería y antes de impuestos, era de $118 por lt. Si se considera el alcohol anhidro, al que debería asignarse un sobre precio del orden del 5%, la comparación enfrentaría un precio de $63 contra $124 por lt, (ver apartado 3.2, en el que se fundamenta la conveniencia de emplear nafta super para la mezcla con alcohol anhidro).
Esta comparación muestra a todas luces que la mezcla de alcohol con motonaftas para su empleo como carburante en motores a explosión es económicamente desaconsejable.
Análisis global
El problema regional
La industria azucarera tiene una gravitación fundamental en tres provincias dei Noroeste Argentino, en las que habita el 8% de la población nacional: Salta, Jujuy y Tucumán. De ellas, Tucumán, con un 58,8$ de la producción azucarera del país, es particularmente sensible a las variaciones que ocurren en torno de esta industria.
La participación de esta actividad en la formación del P. B. I. tucumano fue del 58, 4~%en 1974., generando el 45,2% del empleo industrial directo, con un marcado efecto multiplicador sobre el resto de las actividades provinciales.
De 40O.OOOhs. cultivadas, 250.000 lo están con caña de azúcar, cuyo cultivo y recolección representó en 19'75, el 77,49% del valor bruto producido por el sector agro pecuario tucumano.
A pesar del proceso de diversificación agraria e industrial operado en Tucumán desde l966, la limitación de la cosecha para 1978 unida al posible cierre de tres ingenios de CONASA, han de producir sin duda, una pronunciada crisis económica.
El proceso de cierre de ingenios no afecta a la industria azucarera en sí misma, sino que, en cierto modo la beneficia, al permitir moler mayor cantidad de caña entre los ingenios subsistentes, que con o sin limitación de molienda, tienen capacidad instalada ociosa. Pero genera problemas sociales en la zona de dichas plantas industriales.
Cada una de ellas da vida a un sector de la población, en el lugar en que se halla radicada, no sólo por la fuente de trabajo que significan, sino por la generación de actividades conexas que en su torno se establecen.
Si bien es difícil calcular el impacto que la limitación de la molienda producirá en la economía tucumana, se formula una aproximación de tipo expeditivo, basada en las siguientes pautas:
a) la caña de azúcar constituye aproximadamente el 80% del valor de la producción agropecuaria.
b) la industrialización de la caña genera un 60% aproximadamente de la producción industrial provincial.
c) se aprecia que existen unos 10.000.000tn. de caña en condiciones de ser cosechadas, de las cuales un 20% quedaría en pie por falta de cupo.
d) como aún no ha sido fijado el precio para la caña se adoptará en lo que sigue un valor apreciado de 15 dólares por tonelada.
e) del precio del azúcar elaborado, se asumirá que la materia prima absorbe el 53% y la industrialización el 47%.
f) se adopta la suposición de que todos los sectores de la actividad provincial acompañan el movimiento de alza de los precios de la caña y del azúcar, si bien en porcentaje, sufren en distinta medida el impacto de la restricción de molienda.
g) se supondrá además, en lo que sigue, que la participación porcentual de los distintos sectores en la formación del PBI provincial, es aproximadamente la siguiente:
Primario 28%
Industrial 28%
Comercio 15%
Servicios 29%
En mérito a las pautas que anteceden, puede calcularse estimativamente, el valor de la producción primaria tucumana, supuesto que no haya y que haya restricción de molienda. A partir de esos valores se formulará una estimación del impacto en el PBI provincial.
Efectos de una disminución del consumo de motonaftas
El reemplazo de una dada cantidad de motonafta por alcohol supone que idéntica cantidad de motonafta debería no ser producida en el país o no importada.
E1 país no importa motonaftas. Las estadísticas registran eventuales importaciones como así también exportaciones pero ambas son irrelevantes frente al consumo nacional. Cuando ello ha ocurrido, ha sido por razones circunstanciales que de ningún modo significan que la Argentina sea deficitaria en este rubro en particular.
Es un hecho cierto que el país importa petróleo regularmente. Pero esta necesidad no se evitará sustituyendo así sea parcialmente, su consumo de motonaftas. La importaci6n de crudo tiene origen en la necesidad de disponer de hidrocarburos de base diferente a los de producción nacional para efectuar cortes apropiados en la elaboración de Lubricantes y grasas como también en la de obtener derivados en las cantidades requeridas por el mercado.
La destilación del crudo produce necesariamente derivados livianos y pesados que complementan la producción local y cubren las necesidades del mercado.
Se obtiene así el correspondiente equilibrio entre la producción y la demanda.
Cualquier apartamiento de esta condición de equilibrio generará problemas que deberán ser resueltos. Un excedente de motonaftas que no pueda ser colocado en el mercado debería ser sin duda exportado ya que es poco lo que podría hacerse para evitar su producción.
El mercado internacional de motonaftas es de carácter marginal. Obedece a circunstancias eventuales y prueba de ello es que el precio internacional de las moto naftas no ha evolucionado de manera porcentualmente equivalente a los precios del crudo.
Por otra parte, cualquier solución al problema plantea do que imponga la necesidad de exportar excedentes de nafta invalidaría el propósito de sustituir el consumo de un recurso no renovable por uno renovable.
Ciertamente se podría a partir de una dada cantidad de crudo, obtener una fracción mayor de subproductos más pe5ados. Pero su menor precio de venta influiría negativamente en la economía de la explotación del petróleo.
Es forzoso considerar en consecuencia un uso alternativo del excedente de motonaftas mencionado que pague por estos derivados su valor potencial y real.
Este uso deberá ser sin duda su aplicación petroquímica.
Lamentablemente, el empleo de hidrocarburos en esta industria (actualmente bajo la forma de gas natural, propano, butano, gas residual de destilaría y kerosene) alcanza por el momento (datos de 1976) a 245,8 miles de T.E.P. que es un l% del consumo total de hidrocarburos del país.
E1 consumo de motonaftas (super y común) es el 19% de este consumo total nacional.
Para que el empleo de alcohol mezclado con naftas sustituya una fracción importante del consumo de estas, del orden de por ejemplo el 20%, el uso en petroquímica debería crecer un 380%(casi quintuplicar el consumo) para absorber los excedentes de naftas que aparecerían.
Posibilidades de este orden son por ahora remotas y al presente, el hecho cierto es que el consumo de derivados del petróleo por parte de la industria petroquímica ha disminuido, seguramente como resultado de la coyuntura económica que vive el país.
La retracción generalizada del consumo de la población se manifiesta en los productos de la petroquímica de manera similar a otras áreas de producción.
Lo propio ocurre con otros derivados del petróleo, lo cual está causando dificultades para almacenar la producción no consumida (expresión de funcionarios de la Dirección Nacional de Combustibles - S.E. de Energía).
Es dable esperar que durante el corriente año, la activación de la economía nacional libere esta presión; pero al momento de redactar este informe marzo 1978) excedentes tan modestos como la cifra de 80.000 m3. correspondientes a la alternativa regional, serían de difícil absorción debiendo en consecuencia buscarse otra salida mediante la exportación.
El problema nacional
Es oportuno agregar aquí que aún cuando se llegara a adoptar la alternativa de máxima regional descrita en la factibilidad técnica de producir el volumen de alcohol que seria necesario su efecto en términos de sustitución de un recurso no renovable es irrelevante.
80.000 m3. sobre un consumo total de naftas del orden de 5,25 millones de m~. alcanza a sólo el l,5%.
Y referido al consumo total de derivados de petróleo en el país, a solamente un 2,8%.
En lo tocante al tema de la sustitución del consumo de petróleo, es corriente escuchar referencias al caso del Brasil, citándolo como un ejemplo que debería ser imitado .
Es sin duda cierto que el ejemplo merece ser imitado en cuanto a que las autoridades de ese país, habida cuenta de la gravedad del problema que enfrentan han adoptado una política definida y puesto en marcha un plan para satisfacerla.
Pero la solución al problema Argentino no será similar a la del Brasil: porque uno y otro problemas son enteramente diferentes.
Brasil no posee reservas conocidas de petróleo de magnitud importante frente a su consumo interno: Argentina posee reservas ciertas para un número de años razonable.
La caña de azúcar puede desarrollarse en Brasil con rendimientos superiores a la Argentina, simplemente por el hecho de gozar de más horas diarias de sol debido a su posición geográfica.
En adición a ello, la solución elegida por eI Brasil le permite abordar simultáneamente la solución de un problema social derivado de la subutilización de una masa de población importante: Argentina en cambio, debe buscar soluciones que optimicen el empleo de su recurso humano, que resulta escaso para las necesidades nacionales.
Conclusiones
El estudio de los antecedentes reunidos y el análisis realizado permite sintetizar un grupo de conclusiones técnicas y un grupo de conclusiones económicas. Como corolario se ha juzgado oportuno añadir un comentario final.
Conclusiones técnicas
a) El empleo de alcohol etílico en motores a explosión es técnicamente factible, mezclado con motonafta.
b) Dependiendo de las proporciones, será conveniente o innecesario introducir modificaciones menores en el sistema de carburación y encendido.
c) Desde el punto de vista del funcionamiento de los motores, puede emplearse alcohol hidratado o anhidro.
d) El porcentaje de alcohol que asegure una mezcla estable con motonaftas depende de que se trate de alcohol hidratado o anhidro, del tipo de motonafta adoptado (común o especial) y de la temperatura mínima que deba soportar la mezcla. Una mayor proporción de alcohol favorece dicha estabilidad.
e) La estabilidad de la mezcla puede romperse por bajas temperatura, separándose los componentes. La presencia de agua puede producir idéntico efecto a temperaturas más moderadas.
f) El empleo de estabilizantes de mezclas es factible sin causar detrimento en las restantes condiciones de funcionamiento.
g) Existen experiencias concretas de funcionamiento de motores con mezclas alcohol-nafta sin inconvenientes, no se conocen en cambio experiencias de manipuleo y almacenamiento de tales mezclas aplicables a escala industrial. Por este motivo y porque los ensayos de laboratorios dan cuenta de procesos de separación de los componentes a temperaturas moderadamente bajas, el uso generalizado de mezclas alcohol-nafta debería ser precedido por experiencias orientada a determinar la magnitud de los problemas que podrían sobrevenir y establecer las soluciones a arbitrar.
Conclusiones económicas
a) El empleo de alcohol adicionado a motonaftas no plantea condiciones antieconómicas de carácter específico en el funcionamiento de los motores. A pesar de su menor poder calorífico por unidad de volumen, el alcohol produce una combustión más eficaz en los motores que prácticamente compensa aquella circunstancia, las pruebas realizadas con mezclas de hasta el 30% de alcohol no acusan pérdidas significativas de potencia ni índices de consumo en lts/Km sensiblemente diferentes a los de un funcionamiento con nafta pura.
b) El costo por unidad de volumen de una mezcla alcohol-nafta es superior al costo de idéntico volumen de nafta pura y es tanto mayor cuanto mayor sea el porcentaje de alcohol incorporado.
Esta comparación se basa en los precios actuales en tanque de destilería antes de traslado e impuestos.
Desde este punto de vista, no existe razonabilidad económica en sustituir parcialmente 1a nafta consumida por alcohol.
c) La sustitución del consumo de motonafta en base al empleo de la capacidad productora de alcohol actualmente instalada es irrelevante a nivel nacional.
d) Teniendo en cuenta que la producción de motonaftas (a partir de crudo nacional e importado) abastece con comodidad la demanda del mercado, en el caso. de llegarse a elaborar volúmenes importantes de alcohol para reemplazar parcialmente el consumo de motonaftas, se producirán sin duda excedente de éstas.
El tal caso sería preciso establecer el destino a dar a las mismas o alterar` la oferta de derivados de petróleo evitando su producción.
Esto último puede tener implicancias en la economía de las empresas petroleras.
Comentario final
Consecuentemente con las conclusiones precedentes y desde el punto de vista de la sustitución del consumo de un recurso no renovable por uno renovable, puede establecerse que por el momento no existe razonabilidad económica de reemplazar por alcohol una parte de las motonaftas consumidas en el país. Esto es válido para el alcohol obtenible en forma regular y permanente de la explotación de la caña de azúcar a un costo de tipo económico es decir, no como un subproducto marginal de la industrialización de la caña. Es válido asimismo para eI tiempo y condiciones presentes. Una sustancial reducción en los cestos de elaboración de alcohol o la ocurrencia de nuevas e importantes crisis petroleras o de otro tipo, podrían justificar una reconsideración del problema.
La búsqueda de una solución por la vía de aplicar la capacidad instalada para producir alcohol, tropieza en lo inmediato con la dificultad de no existir capacidad para la producción de alcohol anhidro y no hallarse asegurada la factibilidad técnica del empleo de alcohol hidratado mezclado con motonaftas, en lo que concierne a las fases de almacenamiento y distribución.
Es incierto para un organismo técnico llamado a asesorar sobre este tema, definir la "conveniencia económica para el país" de la alternativa planteada.
Esta conveniencia requiere de un a definición política. En el supuesto que se juzgue que lo conveniente para el país. es precaverse de una futura escasez de petróleo, la producción de alcohol a partir de caña e s una de las posibles soluciones. Requerirá, de esto no se abrigan dudas, un esfuerzo considerable para operar a costos sensiblemente más bajos que los actuales y para desarrollar una infraestructura productiva muchas veces superior a la actual, amén de una profunda transformación en la oferta de subproductos de la destilación de petróleo.
La trascendencia de esta clase de cuestiones es evidente que excede el marco de un estudio como el realizado, del cual da cuenta este informe.
En lo tocante al marco coyuntural, también se trata de una decisión política. Este informe procura ofrecer por ello al nivel decisorio, una estimación del orden de magnitud de las repercusiones económicas contenidas tanto en la decisión de restringir la molienda y la producción de azúcar y alcohol, como en la de aplicar la capacidad productiva que quedaría ociosa a la destilación de alcohol para ser mezclado con motonaftas.
A este respecto y con el ánimo de no rehuir la formulación de un juicio acerca de lo que podría ser conceptuado "conveniente para el país" ;se estima oportuno señalar una alternativa para encarar la coyuntura a expensas de la recaudación fiscal.
Se trata de autorizar el consumo de alcohol de melaza en las zonas productoras cañeras, mezclado con motonafta, bajo contralor de las autoridades provinciales competentes.
La decisión al respecto corresponde al Gobierno Nacional, como así también determinar la cuantía y plazo de vigencia del subsidio a otorgar por la vía de la fijación de un menor impuesto a la mezcla alcohol-nafta, que haga aceptable su precio de venta al público.
La instalación de bocas de expendio en estaciones de servicio existentes o también en lugares a habilitarse dondequiera que la iniciativa halle acogida en el empresariado (por ejemplo en ingenios y destilerías) es una cuestión que en principio se estima debe poder ser encarada por los Gobiernos Provinciales afectados por el problema.
Los aspectos cuyo contralor se conceptúa de particular importancia son:
-
proporciones de los componentes a autorizar, para evitar mezclas peligrosas o inconvenientes.
-
necesidad de desnaturalizar el alcohol a ser consumido en motores, para evitar su empleo con otros fines, lo cual derivaría en evasión impositiva.
-
registro de bocas de expendio autorizadas a operar.
Dentro de su inconveniencia económica, la alternativa esbozada tendría la ventaja de procurar un cauce natural para la solución de un problema localizado.
Se evitaría así la imposición de soluciones desde un nivel supra regional, dejando la posibilidad de ejercitar la iniciativa pública y privada y dar lugar al libre juego de los legítimos intereses involucrados en las zonas afectadas, sin comprometer los de otras entidades, por ejemplo YPF.
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