Definición: El funcionalismo es una postura con respecto a si los estados mentales son neurofísicos o, por lo contrario, metafísicos. La idea que está en la base del funcionalismo es la tesis por la que los estados mentales se definen en términos de sus roles causales abstractos dentro de un sistema más amplio de procesamiento de la información. Tener una mente depende - no tanto de cómo estamos hechos, la estructura - sino sobre todo, de si tenemos estados mentales relacionados correctamente entre sí, desd el punto de vista de las relaciones o conexiones. Segun explica Daniel Dennett, el funcionalismo, involucra observar un cierto entorno no por su estructura física sino por su función. Por ejemplo, un viajero que usa el reloj despertador del hotel no necesita darse cuenta si el artefacto está basado por un escape mecánico, una línea eléctrica de 50 o 60 ciclos o un cristal o ficha internos. Lo formalizamos como "funciones", en términos de (a) la evidencia de que el artefacto se puede usar para despertar al viajero y (b) la certeza de que poniéndolo en hora puede generar el ruído a su debido tiempo.
Luego de la invención de la computadora, numerosos pensadores de disciplinas diversas (Herbert Simon, Allen Newell, Noam Chomsky, Hilary Putnam, Jerry Fodor) han adoptado un modelo cognitivo basado en la relación entre el soporte físico (hardware) y el soporte lógico (software) de una computadora. El pensar es reducido por ellos a la ejecución de un algoritmo cerebral. En 1960, Putnam elaboró la forma primitiva que adquirió el funcionalismo con esas contribuciones: dicha forma se denomina funcionalismo computacional. Se lo puede caracterizar así (William Lycan): Estar en el estado mental e<sub>m</sub> es satisfacer o hacer correr un programa de máquina P y es estar en el estado funcional e<sub>f</sub> en relación con P. Estar dormido pero capaz de oír señales sonoras, es e<sub>f</sub>, hacer que el despertador actúe es P y despertar es e<sub>m</sub>. El conductismo, uno de tantos antifuncionalismos, es más sencillo, no hace casi aparecer otra cosa que el input sensorial, el ruído, parte de P, y no le pone énfasis especial a e<sub>f</sub>.
En general se tiende a suponer que las modernas versiones del funcionalismo tienen algun aspecto en común con el funcionalismo computacional clásico así descripto. De acuerdo con el funcionalismo computacional, al ser las actividades humanas las de una máquina computacional, las relaciones abstractas input-output están descriptas en una tabla de máquina de Turing. Llegar a estar en un estado e<sub>m</sub> es tener ciertas relaciones formales con respecto a otros estados e<sub>f</sub> y a los inputs y outputs de una máquina. Al ser una máquina computacional, el hecho de llevar a efecto una función computacional, es una consecuencia de tener, quizás cableadas, dichas relaciones abstractas. Existe una realizabilidad múltiple: cualquier cosa que esté en esas relaciones (cristal, ficha, escape, áncora, frecuencia de corriente alterna) puede dar lugar a que la función se ejercite (cambiar de dormido en despierto). En general, tipos funcionales de estados mentales se especifican por referencia a sus perfiles o papeles relacionales, pero no por la estructura material en los cuales están injertados.
Mientras el conductismo identifica a los estados mentales del presente con disposiciones a actuar de ciertas maneras en ciertas situaciones de inputs sensoriales, el funcionalismo agrega a los inputs sensoriales, tambien los e<sub>f.</sub>, los estados mentales relacionados, que acotan a los del presente. En la modelización clásico-mecánica del cerebro-mente, caben dos alternativas, por lo menos: 1) la acción fenoménica está elicitada por la actividad neuro-funcional (hay entonces un mundo aparte, no estrictamente físico) o 2) la acción fenoménica es la actividad neuro-funcional (postura que no necesita de otro mundo distinto del físico). Simplificando mucho, la 1) es antifuncionalista y la 2) es funcionalista.
En términos de la conciencia de acceso A (basicamente la conciencia como sistema operativo) y la conciencia fenoménica P de Ned Block (basicamente la que permite tener experiencias), los típicos funcionalistas supondrán que las diferencias entre una y otra serán matices, serán diferencias de grado o de categorías de procesamiento de la información; y no en tipos básicos o mundos.
Paul Churchland cree que "el funcionalismo es probablemente la teoría de la mente más aceptada entre filósofos, psicólogos cognitivos y expertos en inteligencia artificial. "
Los pensadores que tienden al antifuncionalismo suelen indicar, con Searle, que los procesos físicos no realizan computaciones, aunque pueden ser interpretados por el humano como si fuesen computaciones. Apenas se acepta que hay una interpretación humana de esa suerte, se interpreta que ya no son fenómenos estrictamente físicos, sino de otra cosa, son mentales. Esto es un caso más del alegato que la computadora no sabe que está computando: solamente una mente puede observar el proceso, cerrar el ciclo y afirmar lo que está haciendo.
El funcionalista concibe a las experiencias cualitativas como capacidades, mientras que los antifuncionalistas alegan que son una propiedad. El típico funcionalista identifica estar conciente con estar participando de un programa o un rol funcional. Los sicólogos funcionalistas no niegan la realización material de un dado estado mental, alejandose así de la separación cartesiana entre mundo físico y mundo mental. Aceptan que los estados 'mentales' están implementados in el tejido neuronal, pero alegan que los tipos de estados mentales pueden llegar a tener un número demasiado grande de realizaciones materiales diferentes como para que se pueda ajustar todo a un molde reduccionista." (Churchland) Suele señalarse que el funcionalismo es la escuela dominante para la función mental entre los filósofos de la mente contemporáneos.
Una de las versiones más interesantes del funcionalismo es el homúnculo-funcionalismo, mediante el cual todo sucede como si tuviéramos homúnculos tontos (modularizados) en nuestro cerebro, que a su vez son auxiliados cada uno de ellos por homúnculos más tontos (submodularizados), hasta llegar, siguiendo la serie de sub-sub-modularizaciones, a subagentes supremamente tontos que solamente saben de ceros y de unos. Esto imita los programas computacionales estructurados, que llaman a unas pocas subrrutinas, que a su vez recurren a sub-subrrutinas, hasta llegar a la aritmética binaria. Al describir su particular homúnculo-funcionalismo, William Lycan se pregunta:
¿En qué punto de este descenso a través de la jerarquía institucional (del reconocedor de rostros al dispositivo de lectura al fotómetro a la sustancia fotosensible y hasta donde uno quisiera seguir) deja nuestra caracterización de ser teleológica (orientada hacia una finalidad) y comienza a ser puramente mecánica? Creo que es claro que no hay tal punto, sino más bien un continuo finamente tramado que conecta lo abstracto y altamente teleológico con lo granularmente concreto y sólo marginalmente teleológico. Y ésta es la razón por lo cual lo mental puede parecer totalmente distinto y aislado de lo fisicoquímico sin ser ontológicamente tal cosa.
29.jun.1999
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Glosario de Carlos von der Becke.