Demonios, bestias, brujas, vampiros,
sangre..., elementos que inflingen miedo en nuestra alma. ¿Y tú a
qué le temes?
En los relatos que encontrarás en esta página
existen muchos motivos para sentir el horror. Espero que tu recorrido sea
placentero... y afortunado.
¿Te atreverías a aterrorizar a otros mortales
con tus letras? Envíame entonces tus cuentos a la dirección:
deshollinador@geocities.com
- Amarillo, Que Te
Quiero Amarillo
- El mal puede llegar a tornarse contra su
amo. Sergio
Cervantes. México.
- El Aro
- Los fetiches son la encarnación de la
superstición. La superstición es la consecuencia de lo
inexplicable. Los fetiches existirán por siempre... hasta en el futuro
más remoto. Daniel
Flores. México.
- Dulces
Sueños
- ¡Cuánta desesperación
puede contener el alma humana! A veces su salida no es obvia. A veces, la
salida obvia no es la verdadera salida. Sergio
Cervantes. México.
- Imágenes
- Es innegable el poder de los medios masivos
de comunicación: como herramienta de elaboración de conciencias
--e inconciencias-- ha demostrado su caapacidad; pero, ¿podría ser
el medio para la ejecución del más ruín de los atentados?
Lee y disfruta. Daniel
Flores. México.
- El Misterio de la
Casona
- Dicen que enfrentar nuestros temores es la
mejor arma para destruirlos. Después de leer este cuento tal vez cambies
de idea. Cecyl X. México.
- Nocturnal
- ¿Temes a las criaturas nocturnas? Esta
historia te mostrará que este miedo "irracional" no es
infundado. Sergio
Cervantes. México.
- Negritud
- Existen muchos miedos que nos persiguen
hasta la muerte. Hay otros, que con un poco de valor logramos vencer... pero no
siempre conviene vencerlos. Sergio
Cervantes. México.
- La Pala
- Existen anomalías en nuestro
comportamiento que nos atormentan toda la vida, siendo irremisiblemente anulada
hasta la más brava batalla que contra ellas dirijamos. Nos agobian y
enervan..., nos orillan a los más inauditos escapes. Daniel
Flores. México.
- La
Riña
- Venganza y muerte. Sergio Cervantes. México.
- El Secreto de la
Isla Crístalis
- La peor de las pesadillas... Rivers. España.
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