* Introducción
* Taller Virtual
* Ponencias
* Tesis Virtual
* Personal
 
<Presentación
<Enseñanza de valores
<Marco conceptual
<Marco metodológico
<Operacionalización
<Lecturas sugeridas

OPERACIONALIZACIÓN
PRESENTACIÓN
APRENDIZAJE DE VALORES
INTRODUCCIÓN
PRIMERA PARTE
La preocupación por los valores no es una moda
Los valores en las comunidades rurales
SEGUNDA PARTE
Clasificación de valores
¿Se pueden enseñar los valores?
Propuesta de valores a desarrollar y fortalecer
TERCERA PARTE
Estrategias
Estrategia formativa
Propuestas

OPERACIONALIZACIÓN

Correo Electrónico (E-mail) recibido de la Coordinación de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación, la Ciencia y la Cultura (02/03/2002).

Dr. Esteban Alfaro García

Reciba un cordial saludo del Programa Educación en Valores de la OEI. Nos complace que se haya interesado en recibir información que le permita actualizar y ampliar su conocimiento sobre proyectos referidos a democracia, valores, educación moral y cívica desarrollados en los países iberoamericanos.

El Programa se inició en 1992 con el nombre “Democracia y Educación”, con el objeto de promover el desarrollo de una ética global de mínimos y ofrecer la posibilidad de avanzar en una moral cívica que permita a los ciudadanos de Iberoamérica convivir en sociedades abiertas y plurales, respetando la autonomía, promocionando el diálogo y aprendiendo a vivir en el respeto a la diferencia.

El Programa establece como un factor esencial a la educación, como agente de transformación social que puede impulsar, en un constante intercambio con las sociedades iberoamericanas, una escala de valores y el desarrollo de actitudes coherentes, basadas en la formación de la autonomía y de la personalidad, para lograr una ciudadanía más consciente, más activa, socialmente más adaptable y competitiva, y aunque en un entorno social y económico cambiante, también más solidaria y justa.

Paralelamente, la educación en valores, vinculada a los currículos, a través de distintas opciones de trabajo, es un medio para impulsar la relación entre escuela y su entorno, permitiendo abrir más la escuela a la vida e impregnarla de la realidad social. Desde ella podemos formar ciudadanos más adaptables a los cambios, comprometidos con una vida en paz y con las responsabilidades inherentes a la pertenencia a una comunidad, al desarrollo de la solidaridad en su entorno social y a la preservación y construcción de su ambiente.

Para ello, el programa de Educación en Valores apoya técnicamente a los ministerios de educación en lo referido a los requerimientos de diseño y puesta en marcha de proyectos y actividades relativas a la educación en valores. Propone una estrategia que posibilita la contextualización respecto de las necesidades y peculiaridades de cada país a través del desarrollo de aplicaciones ad hoc de los procedimientos y los instrumentos que forman parte de la lógica general de trabajo.

El programa promueve una oferta de asistencia técnica, tanto directa como a distancia, que prevé la capacitación de personal técnico de los ministerios para el diseño, seguimiento y evaluación de los planes nacionales de Educación en Valores. Asimismo, se ha puesto en marcha un curso tutorial que atiende a la formación de docentes, investigadores y técnicos, con la posibilidad de completar esta formación a través de pasantías especializadas.

Desde el programa se trabaja asimismo en la consolidación de un diálogo regional sobre Educación en Valores, promoviendo la transferencia de experiencias, el desarrollo de redes y la investigación endógena en los países de la región. Con esta finalidad, se propician estrategias de coordinación interinstitucional con organismos interesados en colaborar en esta materia, y se organizan encuentros subregionales y foros temáticos de carácter iberoamericano.

El Programa ofrece igualmente un servicio de consulta a distancia, el acceso a una base bibliográfica de datos en Internet (en construcción), materiales audiovisuales, así como un conjunto de publicaciones que constituyen herramientas de trabajo.

En el Boletín electrónico que llegará a su correo encontrará información sobre la Agenda de Trabajo del Programa, eventos y actividades externas vinculados con la materia, nuevas publicaciones y enlaces de interés, novedades en la sala de lecturas, preguntas más frecuentes, foros virtuales en desarrollo, etc. Asimismo, incluiremos periódicamente artículos de interés y experiencias exitosamente desarrolladas, esperando que éste boletín sea también una fuente de comunicación que recoja sus inquietudes y constituya un espacio donde los valores serán los actores principales del diálogo iberoamericano.

Aprovecho la ocasión, para animarle a utilizar nuestro servicio de consulta y a remitirnos cualquier consideración o sugerencia que desee hacernos llegar.

Atentamente.

Daniel Font
Coordinador del Programa
Secretaría General de la OEI
Madrid - España

PRESENTACIÓN

El presente documento tiene como antecedente el titulado: “Fortalecimiento de Valores en la Educación Media Superior Tecnológica Agropecuaria (Guía para su Desarrollo)”, el cuál es presentado como documento inductivo y puede ser enriquecido tanto en su estructura como contenido.

Por tanto se acepta la oportunidad del reto y se recrea de él, con él y para el presente la posibilidad de enriquecerlo.

En ejercicio pleno de mi libertad, empezaré por cambiarle nombre y ponerle apellidos; por tanto, este Plan de Trabajo lo denomino como:

APRENDIZAJE DE VALORES
(Una concepción diferente para el desarrollo humano e institucional)

En consecuencia se asume la responsabilidad de correspondencia participativa, pero desde una perspectiva diferente, donde los valores, no se enseñan, se asumen en el aprendizaje de lo vivencial – cotidiano; es decir se propone una prospectiva funcional diferenciada en la ciencia valorativa a partir de la filosofía en su categoría rectora de actividad.

Lo anterior emerge de una propuesta conciente y solidaria en congruencia con el principio de que: Los valores no se enseñan, se aprenden en la flujicidad de las relaciones contextuales.

El “enseñar” valores, hace a los valores dependientes de quienes los enseñan, por tanto, erosionamos los valores; el “aprender” valores desde la universalidad axiológico – conceptual hasta la particularidad del desempeño valorativo, más allá de la dependencia y cautividad del docente, nos vuelve discentes coincidentes; es decir, a partir de la libertad y democrática elección de nuestros “propios valores”, nos vuelve aprendentes libres en nuestra interdependencia; es decir recreamos valorativamente nuestra libertad, responsable y coincidente, sinergizada por nuestra comunidad social; comunidad que significa unión común en la tolerancia democrática, en paz con nosotros y con los otros; respetuosa de nuestra cotidiana biodiversidad social; respetuosa y puntual con nuestro ser biológico conciente; en plena armonía con nuestra naturaleza que incluye e implica la humana; concientes de nuestra muticulturalidad y en pleno disfrute de nuestra dignidad como seres particulares, pensantes, racionales, actuantes en la complejidad de nuestra a veces confusa realidad social.

Sin embargo, debemos “darnos cuenta”, percibir, que nuestras acciones dependen de nuestro pensamiento; y que como docentes, la mayoría de las veces condicionamos el pensamiento de nuestros discentes; por tanto las acciones discentes, en la mayoría de los casos son reflejo y consecuencia de nuestras formas de pensar y de actuar.

De manera que, si queremos que nuestros discentes modifiquen algunos de sus valores que los harán cualitativamente diferentes, debemos primordialmente saber que valores asumimos en la acción docente; la evaluación de lo propio será fundamental, antes que la evaluación de los valores de “los demás”.

INTRODUCCIÓN

En los últimos años, la Educación Tecnológica Agropecuaria se ha caracterizado por su crecimiento, es decir por la incorporación de tendencias de viabilidad concreta hacia la actualización de contenidos, el mejoramiento del recurso humano, la modernización de los recursos, el incremento de las unidades productivas y su infraestructura, en función de la necesaria pertinencia social; buscando, como fin sustantivo y primordial la competitividad para el mercado laboral.

Lo anterior demuestra una pérdida sustancial en la visión, misión, valores, políticas y objetivos institucionales.

Se ha deteriorado la esencia de nuestra existencia, pues esta se encuentra en la educación; la educación es el centro extraordinario de actuación humana; no es el actual, referido al humanismo, en su carácter de mercado; la actualización de contenidos se ha centrado en el incremento de la información, el mejoramiento del recurso humano en el puntismo para el acceso a mejor ingreso ($), la modernización de los recursos en simple moda diacrónica, el incremento de las unidades productivas en su carácter estadístico y no en su fin; y la infraestructura en la cantidad y no en el mejoramiento; y las competencias en la robotización del ser humano (nuestros alumnos); todo lo anterior es cuantitativamente importante; pero:

¿Donde queda la educación y las cualidades que dependen de ella (y con ella los valores)?.

Los aspectos cuantitativos son importantes, pues corresponden al necesario crecimiento; pero ningún crecimiento en trascendente sin cualidades paralelas; pues son las cualidades emergentes las que propician el desarrollo individual, y con él, el desarrollo social.

Por tanto, se hace necesario repensar la función educativa; la educación es el fin universal y esencial de nuestra actividad; la ciencia y la tecnología son los constructos particulares que dependen de ella y la productividad agropecuaria es la especificidad que los distingue; como totalidad, la Educación Tecnológica Agropecuaria deberá extraer de sus elementos especiales (la especialidad), los elementos que denoten el verdadero cambio educativo.

Lamentablemente, nos hemos centrado en el crecimiento omitiendo en éste, el crecimiento de las cualidades humanas; por tanto, la posibilidad de desarrollo del potencial humano.

Aunado a lo anterior, omitimos también propiciar la posibilidad de tener una visión compartida de nuestra actuación docente, la singularidad de nuestros actos educativos se caracteriza por el autoritarismo y la exclusión, la ausencia de propuestas democráticas lacera nuestra dignidad y nos mantiene en conflicto permanentemente con nosotros mismos y con nuestra realidad social.

Ningún valor puede ser construido sobre la competencia, es la competitividad en un ambiente de ética global la que nos hace en la tecnología, en la ciencia y con ella, en la educación, construir el ambiente holístico, transdisciplinario y dinámico, donde los valores necesarios surgidos de nuestras esencias particulares hacen del ser humano, un ser que construye desde su particular filosofía; un ser cuantitativa y cualitativamente (cada vez) más humano; es decir, un ser que se mueve con sentido, que crece y se desarrolla como consecuencia de su propio sistema de actuación y éste, es producto de su pensamiento.


PRIMERA PARTE

¿Porqué fortalecer la enseñanza de Valores Éticos en las instituciones de Educación Tecnológica Agropecuaria?.

Contextualización de los valores morales

La ubicación de los valores en un contexto socio- histórico es necesario, para su análisis y evaluación espacio – temporal; pero asumirlo en ausencia de su integralidad es fragmentar la universalidad de su carácter ontológico.

Los valores como existencia formal les otorgan un carácter distintivo (son varios y diferentes), y se les ha considerado dependientes de la estructura social y época; sin embargo, institucionalmente los valores pierden su integralidad, su sentido holísta, olvidando que surgen de la filosofía, y es en la axiología donde se expresa el verdadero valor del ser y el pensar humano.

El carácter material del valor deviene de su existencia, como objeto de estudio de la filosofía los valores fluyen entre ese carácter material y su consecuente ideal; es una problematización bidireccional, recíproca e interactiva entre el carácter objetivo del valor como expresión del ser y su carácter subjetivo como ideal.

Por tanto, los valores son absolutos, por cuanto existen en su dimensión social expresados en su temporalidad sociohistórica en su carácter universal; y relativos por cuanto dependen de esa coincidente actividad que hace de las sociedades entes variables por cuanto la acción individual que se consolida en lo social y dependiente por tanto de las variantes expresadas en la aceptación o rechazo de la socialización misma; es decir de la subjetividad de la actividad individual y colectiva.

En un país como el nuestro donde la globalización se convierte en mito y el neoliberalismo en realidad que absorve y atropella, los valores “auténticos” por una cadena que nos arrastra culturalmente a valores globalizados a veces indeseados. Nuestra dependencia económica, política, medíatica, informática, etc,; por tanto, educativa, nos involucra en un remolino de opciones que destruye en su vórtice la esencia de nuestra educación; por tanto, de nuestra cultura.

Esta dependencia transculturizada de nuestros valores nos vuelve permeables al condicionamiento, a la domesticación valorativa y a exacerbar lo indeseado. Nuestra sociedad se vuelve más fría, más individualista, más solitaria; la soledad es posible que sea, la angustia lacerada en nuestra desesperanza como ideal global, que afecta la dignidad de nuestra condición humana. Si nuestro ideal como sistema es el fortalecimiento de valores, y estos son los valores de la globalización; estaremos entonces, institucionalizando y reforzando los antivalores.

Jamás debemos olvidar que la cultura, la educación y por ende, los valores; no son responsabilidad exclusiva de las instituciones; mucho menos de las instituciones educativas, donde la mayoría enseñan, pero no todas educan.

La cultura, la educación y los valores, son responsabilidad de todos sin banderas, sin partidos, sin logos; es responsabilidad de todos los ciudadanos que buscan un mundo más digno, libre, democrático, en paz; nuestra biodiversidad valorativa deberá reaprenderse cotidianamente; es el reconstruir permanentemente nuestro mundo; es transformar y recrear ese mundo que realmente deseamos; un mundo diferente para convivir (es decir, para vivir plenamente juntos y en respetuosa libertad).
La sociedad contemporánea, una sociedad en crisis

El mundo, nuestro mundo, es un mundo dinámico y complejo; social, política, cultural, éticamente, expresa problemas también dinámicos y complejos; por tanto se hace necesario repensar mundo y ser; es un mundo caótico en su fragmentación; resolver o disolver los problemas implica, aunque no siempre explica los [¿cómo?]; la globalización particiona, fragmenta nuestra percepción de los problemas humanos, particularizándolos; los problemas éticos y morales se singularizan: violencia, corrupción, narcotráfico, salud, drogadicción, desintegración familiar, etc.; pero, no alcanzamos a percibir que somos parte del problema; somos parte del problema al aceptar cotidianamente la violencia, la ausencia de democracia auténtica, la biodegradación del ambiente humano y la aceptación irracional de modelos mediáticos y en consecuencia, de los modelos valorativos externos.

Por tanto, se hace necesario (en coincidencia con la Organización de las Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura), reconstruir una Cultura de paz y no violencia, de respeto a la dignidad de la persona, democrática, respetuosa del hombre en su ambiente y de su inserción social en él, y con profundo (pero cuidadoso) respeto a las culturas diferentes.

Seguimos pensando que los logros futuros seguirán siendo de los jóvenes; incluso los responsabilizamos de padecer una desarticulación generacional; tal vez nos olvidamos que los jóvenes poco pueden hacer para articular sus realidades deseadas; pues los adultos ni siquiera hemos podido construir una auténtica democracia, por tanto los jóvenes no pueden participar (como no sea en el discurso) activamente.

Seguimos insistiendo en que la escuela, debe incidir en la familia; pero poco hemos tolerado la incidencia de la familia en la escuela.

La escuela en lo general; y las Escuelas de Educación Tecnológica Agropecuaria en lo particular; deben al menos incidir en su “mundo” específico de actuación; si se transforman los valores de nuestros directivos, docentes, alumnos, en coincidencia con lo deseado por la sociedad, la familia, la organización rural; habremos producido un cambio diferenciado, más allá de la simulación operativa, democráticamente, pacíficamente, con tolerancia, respetuoso del diferente, socialmente sustentable; pero sobre todo con eficacia, eficiencia y calidad valorativa en un ámbito de desempeño global.

Las manifestaciones y conductas de descomposición social y cultural no son síntomas; son efectos de nuestra limitada capacidad para producir una educación integral; no es que seamos totalmente responsables de ellas; pero sí, al menos cómplices de ese proceso contradictorio y desordenado.

No intentemos cambiar el mundo como sistema; intentemos cambiar cada uno de nosotros; si cambiamos nosotros, como parte de ese sistema mayor llamado mundo; habremos cambiado el mundo.

No intentemos cambiar los modelos sociales; si cambiamos individualmente, la sociedad habrá cambiado.

No podemos desear en los demás, lo que no hemos sido capaces de realizar en nosotros mismos.

La preocupación por los valores no es una moda

El hombre social (como humano), siempre se ha preocupado y ha discurrido sobre la formación ética, moral y valorativa de la sociedad.

Pero esta preocupación se ha mantenido, olvidándo ocuparse esencialmente de ella. La preocupación inquieta, la ocupación transforma.

Esta ocupación requiere de completud en la esfera de actuación del docente que se expresa en su realidad como agente de transformación social; dicha completud requiere el abordaje del problema no solamente en su carácter modal, sino que es más complejo; requiere resolverlo desde una perspectiva filosófica, axiológica, teleológica, epistemológica, dialógica, dialéctica, pedagógica, didáctica, psicológica, real, auténtica y solidaria.

Es necesaria la propiocepción de nuestros modelos de pensamiento, personológico y de actuación; por tanto es necesario comprendernos concientemente como sistemas complejos dependientes de procesos mediáticos convergentes que diluyen la acción social coincidente; desbordar este continente requiere de una reflexión conciente en nuestros conceptos, juicios y razonamientos más allá de nuestra simple percepción; pero además, reconstruir nuestros modelos de actuación valorativa.

Dicha reconstrucción no es para preocuparnos; es una necesidad inmediata, casi siempre insuficiente; las razones son nuestras y dependen de nuestros valores particulares.

Parte de esa reconstrucción depende de transformar las Escuelas de Instituciones que enseñan, a instituciones que aprenden de sus propios procesos y reconstruirlos para reaprender, con nuevas esencias y valores diferentes.


Los valores en las comunidades rurales

Creemos todavía que en el medio rural persisten, se mantienen, valores arraigados producto de las costumbres y tradiciones de una cultura particular.

Sin embargo, los modos y medios de vida han cambiado y no necesariamente para bien.

La comunicación mediática propicia la desculturización rural; la televisión y en algunos municipios pequeños de nuestro país, los chat cafés e Internet son parte de lo cotidiano; sin embargo, nuestro sistema, aún con computadoras, permanece en un estadio precibernético.

La migración, el efecto dollar, es más atractivo que la naturaleza del campo; estos atractivos naturales vuelven antinaturales sus valores; nuestros maestros y alumnos, por tanto, requieren aceleradamente incorporarse a los más avanzados sistemas de empoderamiento de las nuevas tecnologías; esto plantea diferentes cualidades en el docente, hacer de la realidad del campo mexicano un espacio cibernético de punta, donde pueda proveer aprendizajes de esa realidad: desde donde apunta el huarache, hacia donde apunta el cursor; prever las necesidades y proveer la información serán una necesidad sustantiva de nuestras instituciones educativas donde, cada día el estudiante sabe más del mundo que el docente.


SEGUNDA PARTE

Marco conceptual de los valores morales

¿Qué son los valores morales?

Los valores pueden ser y de hecho son entidades ideales, por cuanto son producto de lo deseado, por tanto, subjetivos (dependen del sujeto).

Su carácter diferencial a partir de la realidad lo constituyen como entidades problémicas, por su carácter diacrónico (con lo deseado).

Todo valor implica una contradicción fundamental, pues todo valor posee un antivalor o disvalor.

La potencia del valor esta determinada por su valiosa incompletad subjetiva de la cual depende su poder atractivo; las cosas son los valores que nos interesan nos atraen y recrean por si mismos antivalores. Su carácter reductivo radica en su nómina; la nominalidad enunciativa permea su carácter transaccional entre los valores de orden superior (universales) a los de orden inferior (singulares); este reduccionismo valorativo depende de la afectividad (relación de agrado o desagrado = aceptación o rechazo) que produce en un momento socio - histórico particular.

Para que un valor pueda ser apreciable (valorado), requiere del transito real entre esa realidad y lo deseado; es decir, resolver valorativamente; pues es a partir de su ejercicio real donde se produce la experiencia valorativa que trasciende a la esfera de la conducta; los valores no son para ser enseñados o para incrementar la información de ellos; eso es simplemente instrucción o enseñanza; para que un valor trascienda requiere ser aprehendido a partir de la experiencia; es decir, no es importante que el docente y el alumno sepan que es la bondad, como se construye, para quién y en donde se puede aplicar; lo importante es que se conduzca con ese aprendizaje; lo esencial de la bondad, es ser simplemente, bueno; una esencia de bondad íntimamente ligada a los demás; un valor aprehendido es aquél que se aprende y en el reaprendizaje, se incide con él.

Es necesario, por tanto; recrear los valores desde una prospectiva filosófico – científica; para aterrizar su constructo teleológico en sus aspectos de actividad cognitiva, comunicativa y práctica de los mismos.

Después de todo, los valores son dependientes de la naturaleza humana; su carácter deterrministico estará dado por el conocimiento de esta realidad, pero su trascendencia depende del sentido autentico y conductual de cada ser, naturalmente humano. Y dependiente de sus particulares circunstancias.


Clasificación de valores

Valores universales

Los valores universales son absolutos ( no pueden fraccionarse, existen o se otorgan), universales (aplicables en todo momento sociohistórico) e inalienables (carecen de negatividad = no se pueden ceder, renunciar, cancelar u omitir).

Por tanto se consideran valores universales:

  • La paz y la no violencia
  • La democracia y los derechos humanos
  • El ambiente y la sustentabilidad
  • El respeto a las culturas diferentes
Valores Nacionales


Aquellos que caracterizan la nación y que pueden ser transformados por los efectos de la globalización como:

  • Identidad
  • Soberanía
  • Patriotismo
  • Lengua
  • Cultura
  • Idiosincrasia
  • Tradición

Valores sociales

Aquellos que hacen posible la aproximación del hombre social en función de sus límites geográficos o políticos a los valores universales.

  • Solidaridad
  • Tolerancia
  • Respeto
  • Justicia
  • Amor
  • Comunión

Valores Institucionales

Aquellos propios del ejercicio eficaz, eficiente y con calidad en el ámbito del desempeño profesional o académico.

  • Responsabilidad
  • Puntualidad
  • Deber
  • Cooperación
  • Convivencia
  • Colaboración
  • Objetivación
  • Congruencia
  • Honradez
  • Tenacidad
  • Laboriosidad
  • Equidad
  • Democracia
  • Solicitud
  • Libertad
  • Justicia

Valores vs. Antivalores

Todo sistema de actuación comprende la relatividad entre los valores contrastados con sus antivalores a veces correspondientes o diferidos; eso permite comprender la relacionalidad de la verticalidad entre los valores universales, nacionales, sociales e institucionales; ninguno se subordina, todos son equifinalidades complejas en su subjetividad e interrelacionalidad horizontal.

La erosión de cualquiera de ellos como sistema, afecta todo el sistema individual; en consecuencia, afecta el sistema institucional, social, nacional y universal.

Ejemplo: La tolerancia de la irresponsabilidad, afecta la responsabilidad y requiere de la intolerancia.

La intolerancia (como antivalor) contradictoriamente se transforma en, un valor positivo en si mismo.

¿Se pueden enseñar los valores?

La respuesta siempre ha sido positiva, afirmativa; sí, sí se pueden enseñar los valores; pero la pregunta de inicio está mal formulada; preferiría:

¿Es deseable solo la enseñanza de valores?.

Mi respuesta sería: Nó.

Lo deseable es el aprendizaje de valores; pues el aprendizaje de un valor es en esencia, el asumirlo a partir de la conciencia individual y expresar en la conducta ese valor.

Enseñar es solo una parte del proceso educativo; la educación como concepto ha cambiado desde hace muchos años; pero aún concibiéndola como enseñanza –aprendizaje; el fin claro, transparente es que: es un proceso único y terminal de aprendizaje; sin medios y sin intermediarios; es decir, es la formación integral; la enseñanza sin integralidad, no es formación, es simplemente una parte del proceso; por tanto refleja su incompletad valorativa.

Por tanto, no solamente deben ser enseñados; los valores como tales alcanzan su plenitud, si son aprendidos, pues es su aprendizaje el que se desvela y revela como hábitos y actitudes (construidos a partir de su propia experiencia).

Propuesta de valores a desarrollar y fortalecer

El documento analizado considera que la formación en valores constituye una labor compleja y difícil, por tanto, “no pretende abarcar mucho” (P: 16).

Y propone solo desarrollar los valores de: Responsabilidad, tolerancia, honradez, laboriosidad, tenacidad, respeto, equidad, democracia, solicitud, libertad y justicia (P: 16).

Considera que desde el punto de vista pedagógico “es mejor tomar un camino que una autopista, para ir despacio, seguros y cercanos al terreno, a la realidad” (P: 16).

Estas frases encierra en si mismas una catástrofe valorativa; pues esta erosionada de antivalores que lastiman el concepto, el juicio y la razón; son un claro atentado universal a lo expresado.

Los valores solicitados son simplemente, tolerancia y posiblemente se consideren una expresión de honradez, equidad y libre; pero: ¿Es una posición responsable, laboriosa, tenaz, respetuosa, democrática y justa?. No, no estoy de acuerdo; si la hemos considerado una situación problemica real que hay que abordar y resolver, no podemos pretender “abarcar poco”; pues un problema resuelto a medias, es simplemente un problema no resuelto; bueno, esto es, si la lógica y la epistemología no me fallan.

No estoy de acuerdo en una percepción rastrera; debemos y podemos abordarla desde la autopista y aterrizarla vertiginosamente a nuestra realidad; más aún, me atrevo a asumir con responsabilidad, tolerancia, honradez, laboriosidad, tenacidad, respeto, e igualdad democrática libre y justa, desde la supercarretera virtual de la información (su aterrizaje); un aterrizaje desde la virtualidad de la información, hasta la realidad de los contextos diferenciados.

El temor es un antivalor; la mediocridad la permea; contra el temor, valor; contra muchos temores, muchos valores.

¿Si nuestra percepción es temerosa, para qué abordar retos que nos intimidan y preocupan?.

Los valores requieren de valor en sí mismos; y ese sí mismos, somos nosotros.

Hoy voy a ser intolerante ante la mediocridad. Seguimos insertos en la mediocridad desde nuestros pensamientos, con atavismos funcionales que demeritan la posibilidad de la actuación cooperativa, colaborativa, socialmente aceptada en el concepto, la ejecución y su valoración de impacto; seguimos careciendo de una visión compartida. Claro que es un reto difícil y a largo plazo; pero si coincidimos, si comulgamos de esta necesidad podemos transformar cada uno de nosotros desde nuestro pequeño mundo de actuación.

Nuestro sistema es grande; pero será más grande cuando podamos consolidar estrategias desde sus macro – cualidades, construidas por nosotros, de nosotros, en nosotros y para nosotros; un esfuerzo solitario es un gran esfuerzo, pero un esfuerzo solidario y nacional de muchos solitarios, es un pequeño esfuerzo individual para un gran logro; un gran logro que nos beneficia constructivamente como subsistema educativo.


TERCERA PARTE

Marco metodológico

Etapas del fortalecimiento de los valores

1ª. Etapa.

Construir un marco conceptual diferenciado de nuestro subsistema a partir del sistema de conciencia; es decir, tener conciencia de nuestros ser biológico (que siente y percibe), de nuestro ser personológico (cognitivo, afectivo y social) y de nuestra actividad ( cognitiva, comunicativa, axiológica y práctica).

Y del sistema regulador superior de nuestra conciencia, el sistema de pensamiento que determina los motivos y voluntad; íntimamente ligados a nuestro razonamiento e inteligencia.

Pues es el pensamiento (unido a los motivos y voluntad) el que determina nuestras acciones; después de todo, toda acción es resultado de uno, un conjunto o una serie de pensamientos.

La realidad para transformarla es preciso sentirla, percibirla y representarla; por tanto debemos tener conciencia de nuestra animalidad, conciencia de nuestra capacidad anatómico funcional y de adaptación y adaptabilidad, hasta el ser social que se convierte en persona, y esa persona en personalidad.

Es en esa conciencia de nuestra personalidad donde el hombre genéricamente conoce, manifiesta sus afectos o desamores y socializa; y en ese proceso de socialización construye, reconstruye y transforma cotidianamente su conducta.

Y conciencia de sus actividad; pero es necesario comprender que la dimensión cognitiva de la personalidad es el conocimiento como información o instrucción, mientras que en el sistema de actividad es el cómo aplica esos conocimientos; los conocimientos deberán en consecuencia poder comunicarse de manera congruente; es decir, en coincidencia entre el pensar, el decir y el hacer; y ese conocimiento y poder discursivo deberá estar inmerso en sus valores fundamentales como ser particular; es decir, en la dimensión valorativa, pues toda acción del sujeto implicita una expresión de la relatividad objetivo – subjetiva de sus valores; y por último la dimensión práctica, que es la integralidad del hacer o actuar del sujeto, como un ser biodiverso, dinámico y complejo en su manifiesta incompletud.

Por tanto un objetivo primordial de este proyecto es: Priorizar la modificación libre, democrática y digna del sistema de pensamiento de nuestros docentes a través de la comunicación dialógica asistémica; es decir de la reflexión personal donde el sujeto (en el proceso comunicativo) se pregunta y contesta a si mismo su realidad como ser valorado intrínsicamente; es decir, el sujeto como actor libre en un monólogo conciente sobre esa pregunta.

¿Cuáles son mis valores y cómo actúo con ellos?

Estrategias

A nivel institucional

Solicitar la participación de todos los integrantes de la comunidad escolar, desde el personal directivo, debiéndose coordinar las actividades para evitar la interferencia entre ellas y lograr el objetivo que debe ser común: el desarrollo de valores morales.

La finalidad es que el centro educativo, la comunidad escolar (especialmente el personal directivo, docente y de apoyo), fomenten un ambiente favorable y constructivo que promueva el desarrollo de actitudes y hábitos positivos que reflejen los valores institucionales.

Actividades a evaluar:

  • Apertura democrática en las decisiones institucionales.
  • Igualdad en la Asamblea.
  • Puntualidad institucional.
  • Responsabilidad horizontal y vertical en las funciones asignadas.
  • Respeto y libertad en el vestir.
  • Evitar en lo posible transformar al alumno en delator oculto (como en la campaña anticorrupción).
  • Igualdad de género.
  • Privacidad en la información que agreda o pueda lastimar la dignidad de la persona.
  • Acabar con el autoritarismo exacerbado.
  • Promover la no agresión verbal, moral y social.
  • Equidad y honestidad con el personal y alumnos en asignación de estímulos y promociones.
  • Derecho a la información como requerimiento de desempeño profesional.
  • Trato respetuoso y afable.
  • Transparencia (Evitar las coaliciones negadas o triángulos perversos).
  • Disponibilidad de recursos por igual.
  • Espacios adecuados para el desempeño académico.
  • Y fundamentalmente hacer de la academia, una academia de académicos.
    (Propiciar la convergencia de acciones institucionales en su fin mayor, el fin educativo).

Un empleado (cualquiera) de una institución educativa debe concebirse a sí mismo como un profesional de la educación, independientemente de su puesto.

En el proceso curricular

Asignaturas del Bachillerato

  • Promover la realización de una reunión académica mensual.
  • Veracidad en la información.
  • Responsabilidad de los agentes docentes.
  • Honestidad en el proceso evaluativo.
  • Propiciar la higiene escolar.
  • Ambiente áulico respetuoso.
  • Tolerancia ante los diferentes.
  • Aprendizaje de calidad.
  • Disponibilidad de recursos con equidad.

Asignaturas tecnológicas

  • Laboriosidad con igualdad de condiciones.
  • Respeto a la vida animal y vegetal.
  • No afectación del ambiente.
  • Valores con sentido holista.

En las actividades de apoyo curricular

Los PPE y las cooperativas

  • Aprendizaje colaborativo.
  • Igualdad organizativa.
  • Transparencia en la asignación de recursos.
  • Trabajo cooperativo.

El desarrollo de las prácticas

  • Congruencia entre el aprendizaje teórico y práctico.
  • Responsabilidad en la asignación de recursos necesarios.
  • Realimentar nuestro “enseñar haciendo y aprender produciendo”.

Las actividades cívicas

  • Respeto a nuestros símbolos nacionales.
  • Respeto al protocolo simbólico.
  • Respeto a la diversidad.
  • Promoción de la lealtad (sin sumisión).
  • Respeto a la Independencia y libertad.
  • Respeto y veracidad histórica.
  • Congruencia institucional activa.

Las actividades deportivas y culturales

  • Derecho al deporte y la salud.
  • Derecho a la competencia sin triunfalismos.
  • No a la violencia deportiva.
  • Igualdad de oportunidades.
  • Hacer del deporte una actividad recreativa.
  • Y de la cultura un espacio de reflexión.

El papel de los estudiantes

Nuestros estudiantes son la razón de ser y esencia de nuestra actividad institucional; nos debemos a ellos; por tanto es importante que los involucrados en el proceso asumamos en la práctica los valores, pero más allá de una perspectiva discursiva o de enseñanza; debemos ser congruentes con nuestro papel de facilitadotes; un facilitador no es aquél que hace fáciles o facilita las cosas o acciones, sino el que permite acceder con su alumno a las cosas difíciles. Por tanto es necesario:

  • Asumir que los valores de nuestros alumnos son en gran medida reflejo de nuestros valores.
  • Recrear ambientes favorables de aprendizaje.
  • Intolerancia ante la mediocridad.

Actividades de formación

Objetivo: Se fomentará desde el ciberespacio y con el apoyo de las Nuevas Tecnologías de la Información y la Comunicación, estadios de actuación convergentes, coincidentes y diferenciadas, y orientado hacia la comunidad directiva, docente y de apoyo en un ambiente de libertad democrática, un espacio propicio para que dicha comunidad exprese y comparta su realidad con la finalidad de ofertar una posibilidad diferente desde una perspectiva individual de asumir en la acción valores que permitan mejorar nuestro mundo, nuestro pequeño mundo, de la Educación Tecnológica Agropecuaria.

Estrategia formativa

Un pequeño Taller Virtual como herramienta (recurso) informatizada, para la recreación de la visión institucional ilimitada, libre, generosa y propia; que hacen del ser humano desperzonalizado y solitario, un ser común, pero solidario.

Por tanto, su finalidad orientada a la formación de personal pero en un ambiente de igualdad.

Responsable del proyecto: Esteban Alfaro García.

Coo – responsables teóricos:
o Director.
o Comité Técnico Consultivo.
o Subdirector Técnico.
o Subdirector Administrativo.
o Jefe del Departamento de Desarrollo Académico.
o Jefe del Departamento de Servicios Escolares.
o Jefe del departamento de Recursos Humanos.
o 1 representante de la Academia del Plantel (responsable de formar a los instructores de los cursos a nivel planel).

En cuanto a los padres de familia, se recomienda la participación de expertos en valores o en las áreas de filosofía, valores, derechos humanos, psicología o sociólogos.


Actividades de apoyo

  • Conferencias y cursos sobre desarrollo humano.
  • Eventos que propicien la convivencia desinteresada del personal.

Propuestas

  • Elaborar el presente documento como un acercamiento estratégico al aprendizaje de valores.
  • Caracterizar la estrategia metodológica particular de nuestra institución actualizando su contenido científico conceptual; analizando la propuesta inicial, enriqueciéndola y proponiendo una alternativa diferenciada y congruente con la realidad institucional, más allá del discurso político y centrado en la acción.
  • Crear un espacio de comunicación síncrona (chat) y asíncrona (Correo electrónico y Libro de visitas) titulado “Taller Virtual”, que funcionará interactivamente con la Página disponible de nuestro Centro de Bachillerato Tecnológico Agropecuario No. 83.
  • Divulgar los programas de Educación en Valores de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) y de la Organización de Estados Iberoamericanos (OEI) para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
  • Diseñar la producción del “Folleto Informativo del Programa de Formación en Valores (Un proyecto diferente para el desarrollo institucional)”.
  • Solicitar y promover el apoyo al proyecto institucional de valores.
  • Recrear una política de trabajo valorativo, centrado en los objetivos logrados.
  • Consolidar una política para la evaluación de impacto del proyecto.
  • Propiciar permanentemente entre los interesados la disponibilidad de materiales especializados para su análisis y determinación de la viabilidad de aplicación.
  • Mantener este espacio de actuación, para cualquier ciudadano del mundo.
  • Y luchar cotidianamente porque este programa permanezca descontaminado de autoritarismo, condicionamientos, domesticación y libertinaje.
* Nota: La página que usted visita es la primera diseñada en nuestro país relativa a temas sobre Educación Tecnológica Agropecuaria; pero, no es una página de la SEP - SEIT - DGETA, el uso de sus logos surge como una opción de divulgación en coincidencia con su misión, visión, valores, principios y propósitos, por parte de : Esteban Alfaro García, reponsable de alf@ - 2010.
Creada: 1 de Enero de 1998
Actualizada: 15 de Marzo de 2002
1