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No. 9 No. 10 En la página catorce hay cinco grabados que representan un niño sentado en espléndida posición para escribir. Véase cuán natural y descansadamente se sienta. En el grabado once, su codo derecho descansa sobre el ángulo inferior derecho del pupitre, pudiéndose bajar hasta quedar en posición de escribir. En el grabado doce, el brazo izquierdo descansa en el pupitre tal como lo muestran también los grabados número uno, dos y tres, y en este punto principian los ejercicios musculares. El antebrazo descansa por entero en el pupitre, lo que constituye la posición más adecuada salvo que el niño sea tan flaco que los huesos de su codo se lastimen al rozar con el pupitre, en cuyo caso puede retirarse un poco el codo del pupitre a fin de obviar este inconveniente. En todo caso, nunca será necesario retirar el codo más de unos veinticinco milímetros. De cien alumnos acaso uno estará en el caso de esta excepción a la regla general que exige que el antebrazo derecho descanse por entero en el pupitre. Al observar el grabado trece, estudie detenidamente la dirección del extremo superior del portaplumas. No apunta hacia el hombro derecho ni puede hacerlo si el brazo, la muñeca y la mano conservan sus naturales posiciones, siempre que el pupitre sea de altura y dimensiones adecuadas para el niño. En el grabado catorce, estudie de nuevo la posición del brazo derecho observando especialmente la distancia que media entre éste y el cuerpo, y fíjese en la parte del portaplumas que sobresale. En el grabado quince, observe la distancia a que el niño se encuentra del pupitre. Conviene sentarse bien hacia atrás de manera que el cuerpo no toque el pupitre. Este niño no se encuentra demasiado alejado; la página de escritura queda bien en frente de su vista y, en tal posición, puede muy fácilmente mantenerse en la debida posición, con el codo formando un ángulo recto. Siga fielmente su ejemplo en materia de buena posición y, si practica con asiduidad, no tardará en ser un excelente calígrafo. El grabado número dieciséis muestra la forma en que muchos buenos calígrafos comerciales toman la pluma, en tanto que otros, no menos hábiles, colocan la pluma un poco más abajo de los nudillos, tal como se ve en los grabados veinticuatro y veinticinco, página diecisiete. El largo de los dedos y la forma de la mano determinan la posición más adecuada en cada caso. No puede exigirse al alumno cuya mano sea larga, delgada, con dedos finos y aguzados, que tome la pluma exactamente del mismo modo que aquel cuya mano sea corta, gorda y con dedos pequeños y gruesos.
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