Abu Simbel

En Abú Simbel encontramos uno de los templos más espectaculares de Egipto.

Se encuentra a 280 km al sur de Aswan, y a 70 km de la frontera con el Sudán, por lo que esta excursión deberá contratarse aparte.

Aunque puede realizarse en autobús, es muy recomendable realizarla en avión, ya que el viaje por carretera se realiza en pleno desierto, con lo que todo ello supone.

También existe la posibilidad de iniciar en Abú Simbel el crucero por el lago Nasser, lo cual permite recrearse durante un día completo en los templos (de día con visitas a tu antojo y de noche en el espectáculo de luz y sonido).

El complejo se compone de dos grandes templos, el dedicado a Ramses II, y a pocos metros el dedicado a Nefertari, la preferida del Faraón.

Al construir la gran presa de Aswan y formarse el gigantesco lago Nasser, estos templos quedaban sumergidos por las aguas del lago.

Egipto, con la colaboración de 48 paises a través de la UNESCO trabajaron para el rescate de este patrimonio humano, trasladando los templos piedra a piedra de su sitio original, elevándolos 64 metros y desplazándolos 200 metros. Hubo de construirse una bóveda artificial para soportar la fachada, y su construcción debió recrear idénticamente el sitio de donde fue desmontado.

Nefertari era considerada la más bella entre las bellas, la preferida de Ramses tal y como se relata en la historia de Egipto.

Iniciado el crucero, se vuelve hacia Aswan sobre el grandioso lago Nasser, llamado también mar Nubio.

La entrada al templo de Ramses es espectacular. Un pasadizo recorre entre ocho colosos para pasar a diferentes cámaras con interiores con grabados sorprendentes.

 

En el interior de los templos encontramos muestras de relieves de escenas de la vida de Ramses.

Ramses se puso a la altura de los dioses creando este templo. En la cámara más interior se muestra su figura acompañada de tres de los dioses más venerados, que representan a Ptah dios de Memphis, Amon-Ra dios de Tebas y Ra-Horakhty dios del sol.

El templo se construyó de tal modo que durante dos dias al año (en los meses de marzo y noviembre), el sol penetra desde la entrada hasta iluminar la figura de Ramses, situada al fondo, en la última cámara. Al trasladar el templo, se dió esa misma prespectiva con el sol, pero no se pudo ajustar a esas mismas fechas concretas, dándose este fenómeno con un día de retraso.

Este es uno de los colosos que flanquan la entrada por el pasadizo principal.

El resto del templo son diferentes cámaras laterales con multitud de grabados y relieves que realzan los hechos en vida de Ramses II el Grande.

La lechuga egipcia es especial. De Min suponen que deriva lo de minga (me lo dijo el guía, te lo juro).

El dios Min es considerado como el dios de la fertilidad, y en sus escenas aparecen habitualmente lechugas en ramo que se daban como ofrenda, consideradas por los antiguos egipcios como afrodisiacas.

El templo dedicado a Nefertari sigue las mismas pautas pero la protagonista es Nefertari, la preferida.

En las escenas aparece la diosa Hathor, representada por una vaca, diosa de las mujeres, del cielo y de los árboles.

La visita a los templos de Abu Simbel es, probablemente de las mas impactantes. Si disponeis a realizar esta excursión, debeis saber que lo mejor es realizarla en avión, puesto que está a menos de 2 horas de El Cairo. Por recomendación que me dieron a mi y no pude cumplir, os sugiero que al subir a avión os coloqueis a mano izquierda, pues al sobrevolar la zona para realizar la maniobra de aterrizaje se contempla desde las alturas la dimensión de la colosal obra.

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