Gizeh |
Prácticamente desde cualquier punto de la ciudad puede observarse tan colosal construcción. Son las tres pirámides de Gizéh, Keops, Kefrén y Micerinos (esta última algunos guías la llaman de Mickey Mouse). |
Las pirámides son visita obligadísima en tu estancia en Egipto. Probablemente las tengas tan cerca, que cada mañana cuando te despiertes y abras las ventanas las tendrás delante. No te canses de observarlas, porque son realmente impresionantes. |
Si teneis posibilidad elegid la visita cuando todavía haya sol, para poder contemplar los contrastes y echar buenas fotos.
Luego, con la puesta de sol, el espectáculo es bellísimo
La visita incluye también la entrada a una de las tres pirámides, dependiendo de la entrada que haya conseguido la agencia. En nuestro caso entramos en la de Kefren, la mediana y la única que tiene restos de su revestimiento calizo en su vértice |
Hay que decir que la entrada no es apta para personas que tengan
síntomas de claustrofobia o miedo a los espacios cerrados. La entrada a Kefren empieza
con una rampa bastante pronunciada y sigue con un pasadizo de 1.50 mts de altura por el
que probablemente tengas que ir agachado, como hubo de hacer Álvaro en la foto. Algunos en nuestro grupo, con la entrada en la mano, no se atrevieron a entrar al ver este inicio tan emocionante. |
El interior es algo decepcionante. La cámara está totalmente vacía y solo existe un sarcófago de piedra donde supuestamente debían reposar los restos del faraón Kefren.
Una vez dentro, todo el mundo se hacía una foto en el interior de la tumba. Quizás algo de morbo si que daba.
En el interior hay un vigilante que se gana la vida explicando una historia. Luego te pedira propina. Si te ha gustado, puedes darle una libra. Probablemente te pedirá más, pero una libra es lo que se suele dar. Es correcto.
La entrada a la gran pirámide estaba cerrada. Unas obras de restauración tenían la culpa. Ahora ya está abierta al público. |
Los alrededores están repletos de vendedores con ansia de vender. Es curioso como aplican la táctica del "regalo", que consiste en regalarte algo, una insignificancia, para que te muestres amigable con él y al mismo tiempo le de tiempo a convencerte a que le compres una bolsa que contiene un poco de todo. La verda es que me quedé con las ganas de comprársela, porque habían aquellas cosas que necesitas comprar a última hora deprisa y corriendo para poder ofrecérselas a amigos y familiares cuando vuelvas del viaje.
Recuerdo que fue el regateo más sorprendente de mi vida. Mohammed era muy insistente, rebajando de 100 libras que pedían inicialmente a 20 libras con las que me hubiese quedado con todo. Pero como todo va tan deprisa y no te da tiempo a pensar, no le hice mucho caso. Luego te arrepientes. Pero alguien del grupo si que le compró. Mirad que cara hace Mohammed de haber hecho buen negocio.
Allí mismo, delante de la pirámide de Kefrén, está la colosal Esfinge, guardian de la tumba del faraón. |
Si podeis volved por la noche a contemplar el espectáculo de luz y sonido que se hace para los turistas. Cada día se realiza en un idioma diferente, y vale la pena escuchar un poco la historia.
Las obras de restauración de la Esfinge habían terminado recientemente. Se notaba en la parte del cuello que había sido practicada un estiramiento y le habían rebajado las arrugas. La nariz todavía es complicado implantarsela. Una de las versiones de la causa de la caida del apósito nasal apunta a los soldados de Napoleón durante sus campañas en Egipto cuando efectuaban pruebas de tiro. Y la barba, símbolo imperial del poder para los antiguos egipcios, se encuentra en el Museo Británico de Arte, si no recuerdo mal.