COMARCA MINERA DE RÍOTINTO    

   

    

 

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CAMPOFRÍO

INTRODUCCIÓN

     Con una extensión de 46 Km2, Campofrío se encuentra en la zona norte de la Cuenca, enlazando ya con la sierra onubense; es por ello por lo que siempre se ha mantenido culturalmente muy próximo a los esquemas propios de las poblaciones serranas. 
                                                                                                                                                                                Tanto el paisaje adehesado que lo rodea, como su trama urbanística, sus casa y    sus formas de vida, así nos lo demuestran. No Obstante, una parte importante de su población ha dependido generalmente de la explotación minera.
    Campofrío posee la primera plaza de toros cerrada y fija de España (el Coso de Santiago) construída en 1.716. También tiene gran valor histórico-artístico la Iglesia Parroquial de San Miguel Arcángel, con sacristía del siglo XV  ampliada posteriormente durante el siglo XVIII.

 

ESTADÍSTICAS ACTUALIZADAS

ALBUM DE FOTOS 

 

   La siguiente información ha sido recogida del fascículo de los Pueblos de Huelva.- Campofrío .- Editado por AGEDIME, S.L..- Editorial Mediterráneo, para HUELVA INFORMACIÓN S.A., con la colaboración de  de la Excma. Diputación de Huelva, Caja Rural de Huelva y la Empresa Nacional de Celulosas (ENCE) de Huelva.

 

 

Las Huellas del Pasado Configuración Geográfica Los Efectivos Humanos Las Labores Productivas
Los Retos del Desarrollo Ventas de Abajo y las Majadas Bibliografía

 

 

LAS HUELLAS DEL PASADO

 

    CAMPOFRÍO se sitúa a caballo entre espacios muy diferentes: la Sierra, con alturas de más de 700 m., y el Andévalo, comarca caracterizada por una topografía y morfología de formas romas y suaves. Esta transicionalidad a la que aludimos sobrepasa el ámbito de lo natural, ampliándose a aspectos sociales, culturales, económicos e históricos, y es que Campofrío tiene corazón serrano y alma minera.

    Los orígenes del municipio de Campofrío están relacio- nados con un territorio de más de 5.000 años de historia y el desarrollo de una importante actividad minera. Los restos arqueológicos más abundantes son de época romana.

    El arqueólogo Pérez Macías relaciona los vestigios encontrados con antiguas vías romanas que unían las Minas de Río Tinto con Arucci: «desde las Minas de Río Tinto corría hacia el norte en dirección a Aracena, atravesando el Odiel a la altura de Campofrío, y los yacimientos mineros romanos de plomo de la Sierra de Aracena».

    En torno a esta vía o calzada, que presumiblemente unía Itucci o Tejada la Nueva, Urium o Minas de Río Tinto y Arucci o Aroche, se han localizado importantes yacimientos, entre los que destaca la necrópolis del Risco del Tesoro, por el hallazgo de un epitafio romano. Otros testimonios importantes, como cerámicas, ruinas de edificios y sepulturas, se localizan en «El Guerro», la «Cañita Rosa», el «Majuelo», «Valdelahiguera» y el «Puente Romano del Odiel».

    Durante el dominio musulmán, los desiginios del territorio de Campofrío quedaron ligados a Niebla y Alájar, y en la Baja Edad Media la zona fue anexionada a los musulmanes, por Alfonso X el Sabio a mediados del siglo XIII Las primeras citas históricas de este pueblo se remontan a 1401 y 1403, como aldea perteneciente a la villa de Aracena.

    El término toponímico parece tener su origen en las primeras ocupaciones por parte de los nuevos conquistadores castellanos. Con el término de Campofrío probablemente se aluda a la situación poco protegida de los rigores del clima, por ser una zona «umbrosa» (Gordon, M., y Ruhstaller, S., 1992; 438).

    Los más antiguos manuscritos existentes en la villa datan de mediados del siglo XVI y corresponden al archivo eclesiástico siástico. En él se reconoce la existencia en la aldea de 18 pequeños asentamientos, de los que hoy tan sólo quedan dos. Estos fueron: Casa de Arriba, Calvario, El Puerto, Los Ramos, Del Camino, De Los Duques, El Toril, La Melosa, El Olmo, El Cabezo, El Acebuchal, La Copa, El Moral, Las Mojedas, La Ladera, Ventas de Abajo, Ventas de Arriba y La Majada (Núñez, J., 1937). Ello nos da una idea de la gran dispersión de su poblamiento durante esta época.

    Hacia 1659 pasó, junto con Aracena, a la Casa Condal de Altamira, fruto de la venta realizada por el monarca Feipe IV para hacer frente a los numerosos gastos de la Corona.

    Pronto el Cabildo de Aracena, haciendo valer los derechos chos adquiridos por decreto de la realeza, entra en continuos litigios con grupos de aldeanos de Campofrío, a consecuencia cuencia del fallido intento de este Cabildo de hacerse con el arrendamiento de los pastos y la montanera de la Dehesa de Valdehigueras, al parecer de exclusivo uso y pertenencia como terreno comunal de los vecinos de Campofrío y La Granada (Núñez, J., 1937). El litigio continuó y hubo de ser llevado ante Audiencia de Sevilla para su resolución. Esta, analizados los hechos, falló en favor de Campofrío en 1749. Pero el hecho no quedó ahí, y las represalias por parte del Cabildo de Aracena no se dejaron esperar, aumentándose el número de tributos y obligaciones, además de someter a los habitantes a continuas vejaciones, que incluso llegaron a la prohibición de comprar vino que no fuera de Aracena.

    Todas estas actuaciones desembocaron, a la postre, en la elevación de la aldea a la categoría de villazgo a través de la expedición de un real privilegio del monarca Fernando Vl, con fecha del 5 de abril de 1753. Esto supuso el compromiso so de pago de 787.500 maravedíes, a sufragar en distintos plazos. En todo este contencioso, don Pedro López, personana influyente y prior del Colegio de San Basilio Magno de Sevilla, jugó un papel decisivo a favor de la aldea, guiando en todo momento los pasos de los aldeanos en la consecución de la categoría de villa.

    De vital importancia en la vida económica del municipio resultaba el papel desempeñado por las cofradías, en especial cial la de Santiago Apóstol. Esta cofradía, aunque arraigada y constituida en Campofrío, según se desprende del libro de actas, contaba con feligreses y seguidores de toda la comarca llegando a tener un importante poder político y económico, sobre todo en la segunda mitad del siglo XVIII . Sus importantes donaciones, sus mandas testamentarias y las aportaciones de sus seguidores le hicieron poseer un patri- monio importante y una economía muy saneada.

    A partir de la segunda mitad del siglo xix su devenir histórico queda ligado a la minería de la cuenca de Río Tinto, al ser partícipe directo de la vida social, política y económica de la nueva transformación que sufriría la comarca tras la venta de las minas a la compañía inglesa.

    Sus dehesas, su paisaje, su campesinado, su pobre agricultura, su sistema de propiedad y sus medios de vida van a quedar a partir de 1873 tremendamente determinados por el inicio de la activi- dad minera. Esta dependencia de la mina continúa en la actualidad, aunque decrece por la propia crisis estructural de este sector y el afianzamiento de olvidadas prácticas agroforestales.

    Asentada en una de las zonas más llanas del término, la estructura urbana de Campofrío evidencia un ejemplo de núcleo serrano compacto que ha ido creciendo en torno a la zona central, formada por la iglesia parroquial y la plaza, hacia la que convergen las principales calles. Por la orografía de la zona, el municipio ha tenido que crecer hacia el Sur, buscando las vías de comunicación de las Ventas, que se ha convertido en uno de los ejes más importantes del pueblo.

    Entre sus principales vestigios arquitectónicos, tenemos la iglesia de San Miguel Arcángel, de los siglos XV-XVI, completamente rehabilitada, con estilo tardobarroco a finales del siglo XVIII, y la plaza de toros construida entre 1716 y 1718 y que pasa por ser el más antiguo coso taurino de España.

 

 

CONFIGURACIÓN GEOGRÁFICA

 

    El término municipal de Campofrío tiene una extensión de 4.698 hectáreas. Su límite septentrional está marcado por el río Odiel y el término municipal de Aracena; al Sur queda la comarca minera de Minas de Riotinto, lindando con los términos de El Campillo y Nerva; mientras que hacia al Este y el Oeste se encuentra con los términos municipales de La Granada de Riotinto y Almonaster la Real, respectivamente. Madoz (1 835) nos recuerda que su término «es generalmente montuoso, de sierra y árido, con sólo dos llanos».

    Observando la ocupación y distribución del espacio en Campofrío, resulta fácii establecer una serie de unidades paisajisticas que describen su paisaje rural: el encinar, el alcornocal, los pinares, el eucaliptar y las tierras de labor.

    Los encinares ocupan el 41 por 100 del término, constituyendo el mayor de los aprovechamientos, por su extensión e importancia, en la economía del pueblo, debido a la versatilidad en sus usos. El carboneo, el pastoreo, la leña, la montanera, etc., eran los principales recursos ofrecidos. En la actualidad, algunos de los mismos tienen una significación residual, donde el carboneo ha desaparecido completamente y la montanera, junto con los pastos cíclicamente pasan por dudosas rentabilidades que se dejan notar en el número de cabezas de ganado y de explotaciones censadas en el término. En la actualidad, el estado del encinar es en general bueno"apreciándose un cierto retroceso en su nivel de ocupación en beneficio de otras especies.

    El alcornocal tan sólo ocupa un 3,8 por 100 de la super- ficie, quedando representada por algunas pequeñas man- chas al Este y Oeste del municipio, aunque en algunas fincas es frecuente verle mezclado con pinos y encinas.

    El eucaliptar, junto con el pinar, componen los nuevos aprovechamientos forestales, muy beneficiados por el retroceso del monte bajo. El eucaliptal, con 785 hectáreas, ocupa dos importantes propiedades situadas al Norte y Sur de la localidad, coincidiendo con las zonas de mayor pendiente. El pinar ocupa aproximadamente 430 has., concentradas en dos zonas (Avila Fernández, D., 1981) : una dedicada a la repoblación de pinus pinaster localizada en la parte alta de la Sierra de la Picota, a veces mezclada con alcornoque; y otra situada al Sur del término, rodeando al embalse de Campofrío. Esta última ha alcanzado un óptimo estado vege- tativo, formando una masa boscosa que destaca por el porte de sus ejemplares y la homogeneidad de su conjunto.

    Las tierras de labor se extienden de forma longitudinal a lo largo de la carretera de las Ventas y en pequeñas zonas diseminadas del término que en algún momento de la historia han coincidido con antiguos asentamientos. Este es el caso de los ruedos existente en torno a las aldeas abandonadas de Las Ventas de Abajo y Las Majadas.

    Desde el punto de vista estructural, Campofrío forma parte, como toda la cuenca minera, del Cinturón Pirítico del Suroeste Peninsular, remontándose su historia geológica a más de 250 millones de años. Importantes plegamientos como el herciniano, asociado a procesos de génesis volcánica, y el alpino han dado lugar a la presencia de una importante masa granítica, que constituye el batolito de Campo- frío, en contacto directo con pizarras y esquistos del Devónico superior.

    Sobre estos materiales se ha asentado una red hidrográfica formada por numerosos arroyos, que con carácter intermitente, van a evacuar sus aguas al río Odiel, principal eje fluvial existente en el término, que discurre por la parte norte aprovechando una serie de fallas que han facilitado su encajamiento. Este cúmulo de factores, junto a los agentes erosivos a lo largo de su geología, han propiciado la presencia del modelado que hoy conocemos.

    Campofrío se encuentra recorrido por un importante conjunto de sierras, que, a modo de bandas latitudinales, ganan altura de Norte a Sur, formando pequeñas barreras montañosas. Las más altas y agrestes son las formadas por la Sierra de Cecimbre, con 516 metros, y la Sierra del Puerto de la Chaparra, donde aparece la cota de mayor altura del término, con 674 metros, y que junto con la Sierra de las Cañas formarían ei flanco sur del conjunto serrano. De menor altura en general y con dirección noroeste-sureste, aparecen la Sierra del Aguila, Sierra del Riscal y Sierra de Valdelahiguera; para terminar en la parte norte con una fuerte caída hacia el río Odiel, con el Puerto de la Cruz a 600 metros, la Sierra de la Grana y Cañita Rosa.

    La orografía de Campofrío, los materiales graníticos y pizarrosos predominantes propician el desarrollo de suelos raquíticos, «pedregoso, tenaz, pizarroso y en algunos sitios arenoso» (Madoz, P., 1835). Sobre las pizarras se desarrollan suelos de color pardo, con escasa pendiente; pequeñas vaguadas y terrazas fluviales dan lugar a las únicas tierras de labor existentes en el término.

    La red hidrográfica de Campofrío se organiza básicamente en torno al río Odiel, hacia donde vierten la casi totalidad de sus aguas superficiales, siendo sus püncipales colectores los arroyos de Valdenombre y la Majada. Importantes son también los dos represamientos de agua existentes en su término: el embalse del Odiel, construido para cubrir las necesidades hídricas derivadas de las tareas mineras, y el pantano de Campofrío, para el abastecimiento urbano.

    El clima de Campofrío puede considerarse como de transición. Factores topográficos y latitudinaies dan a Campofrío, desde el punto de vista termopluviométrico, pequeñas variaciones de ámbito local. Así, la presencia de algunas especies de robles y sobre todo del castaño a pocos kilómetros del término del municipio son bioindicadores de un importante cambio en las condiciones ecológicas y ambientales del medio.   

    Las temperaturas medias de Campofrío rondan los 17 ºC. En invierno las temperaturas medias llegan a bajar de los 10 ºC, lo que significa unos inviernos algo más rigurosos que en el Sur de la provincia, donde la influencia marina sua- viza las temperaturas medias invernales. Asimismo, resultan frecuentes los registros absolutos por debajo de los 0 ºC. Por el contrario, los veranos sueien ser suaves, con temperatu- ras medias que rondan los 23 ºC.

    Las lluvias, comienzan generalmente hacia el mes de octubre. La sequía suele coincidir con julio y agosto, aunque no resulta extraña la presencia de pequeños fenómenos tormentosos de carácter local durante estas fechas. La precipitación media anual se acerca a los 800 mm.

    Un factor importante en el régimen climático de Campofrío viene determinado por la presencia de heladas, que llegan a tener más de cuatro meses de riesgo de aparición, convirtiéndose en un elemento limitante para el desarrollo de una agricultura hortofrutícola.

 

LOS EFECTIVOS HUMANOS

 

    Históricamente, Campofrío ha tenido un poblamiento muy disperso. En el siglo XVII llegó a integrar a 18 núcleos de población, que quedan reducidos a 13 a mediados del siglo XVIII, para terminar concentrada la población en la actualidad en sólo dos asentamientos: Campofrío, como núcleo principal, y la aldea de Ventas de Arriba, a unos cuatro kiiómetros del primero.

    Campofrío nunca superó los 1.000 habitantes durante el siglo XVIII. En 1847 Madoz recoge una población de 825 almas, número que fue incrementándose lentamente hasta alcanzar un máximo histórico de 1.679 habitantes en 1910. Muy pronto la emigración incide en un descenso demográ- fico de Campofrío, más lento en los primeros decenios y algo más intenso a partir de la década de los sesenta. Desde la década de los 80 la población se mantiene estacionaria, con casi 900 habitantes. Su dinamismo demográfico se caracteriza por una bajísima tasa de natalidad. Estas fluctuaciones poblacionales, desde finales del siglo XIX, están en clara consonancia con el devenir económico de la cuenca minera y de su empresa matriz, Río Tinto Minera.

    La población activa de Campofrío es de 270 individuos, un 29,7 por 100 de la población total. Dentro de la población declarada como activa destaca el sector servicios, con un 31,2 por 100, seguido de la extracción minera, con un 25,4 por 100, y las actividades agroforestales, con un 25,4 por 100.

    El paro se convierte en una importante lacra social, pues en 1994 unas 188 personas estaban censadas en el INEM como población desempleada. El sector más demandado por los parados es el de servicios y el secundario. Campofrío es, junto con La Granada de Riotinto, el municipio con la tasa de desempleo más elevada de la comarca, siendo el colectivo más afectado el comprendido entre los 24 y los 44 años. Cada vez son más numerosas las personas que en realidad trabajan en labores temporales que presta el aprovechamiento forestal y la administración local, fruto de subvenciones concertadas y planes de empleo. De alguna manera, en pocos años, la población ocupada ha dejado de ser menos minera y más de servicio.

    La situación socioprofesional está marcada por el pre- dominio de los trabajadores eventuales en un 52 por 100, el doble de la representación de los trabajadores fijos. Por su parte, el censo de 1991 recoge sólo la presencia de dos empresarios que emplean, por otros 37 que son autogestionarios. Además, buena parte del colectivo laboral, un 37 por 100, trabaja fuera del municipio, principalmente hacia los centros mineros cercanos.

    En cuanto al nivel de estudios, Campofrío cuenta con una población bastante instruida, con un índice de analfa- betismo, el 3,3 por 100, de los más bajos de la provincia. No obstante, los considerados como «sin estudios», un 41 por 100, superan ya las medias provinciales y mantiene unos niveles de estudios medios y superiores algo por debajo de los que alcanza el conjunto provincial.

    Como equipamiento educativo, posee un colegio de enseñanza obligatoria, mientras que aquellos que han superado el primer ciclo de enseñanza han de desplazarse a los municipios de Riotinto o Nerva para continuar sus estudios de Bachillerato o Formación Profesional.

 

LAS LABORES PRODUCTIVAS

 

    Tradicionalmente, la vida económica de Campofrío desde sus orígenes ha estado vinculada a la Sierra y a la Mina, adoptando un modus vivendi acorde con las fluctuaciones económicas y haciendo compatible las actividades mineras y agrarias.

    Campofrío cuenta con más de 2.000 has. de encinar, que, en estado puro o combinadas con alcornoque, representan uno de los aprovechamientos agropastoriles más ancestrales. La leña, en calidad de combustible y usada a finales del siglo pasado para tostar el mineral, supuso una importante fuente de ingresos, a la vez que un esquilmo natural del encinar de la villa, por la sobreexplotación a la que fue sometido. Actualmente, la práctica del carboneo tradicional ha quedado en desuso.

    El fruto de sus dehesas de encinares, complementado con las bellotas de alcornoques y quejigos, algo más tardía, alimentan las piaras de cerdos retintos e ibéricos, criadas en régimen de montanera.

    Sin embargo, la ganadería ha sido un sector en crisis por la proliferación de la peste porcina africana y por las con- tinuas becerías en las cosechas de bellota provocadas por sequías y heladas. Hoy este sector parece haber encontrado una cierta estabilización tras el fin de la peste porcina africana y la apertura de nuevos mercados para los derivados del cerdo ibérico, trás la conseguida denominación de origen «Jamón de Huelva».

    La extensa cabaña caprina, de cerca de 2.000 cabezas, se benefician de pobres pastos. Su adaptabilidad y fortaleza para las intrincadas laderas de la orografía de Campofrío, junto con sus escasas exigencias y su manejabilidad, le convierten en el ganado ideal para estos parajes. Este tipo de ganado ayuda al manejo de la dehesa evitando con su ramoneo el rápido crecimiento de matorral.

    La explotación del alcornocal en lo que se refiere a la bellota, su leña y, sobre todo, su corcho supone, en palabras de Domingo Avila, «una cartilla de ahorro» para el pequeño propietario, que cada nueve años acude a su beneficio. En la actualidad no queda en Campofrío ninguna forma de comercialización o almacenamiento del corcho.

    Otros aprovechamientos forestales mucho más recientes son los cultivos del pino y del eucalipto, cuya instalación en el término municipal de Campofrío está directamente ligada a la compra de terrenos por parte de las empresas Unión Explosivos Riotinto y la Empresa Nacional de Celulosa. Las especies de pinos más favorecidas por estos cultivos han sido el Pinus pinaster y el Pinus pinea. Este último está plenamente integrado en el entorno paisajístico de la zona, llegando a formar una importante masa boscosa, como es la zona del Pantano de Campofrío.

    Tan sólo 119 hectáreas, un 2,5 por 100 de la superficie total, pueden considerarse tierras de labor, la mayor parte de las mismas en régimen de secano. Se trata de pequeños y tradicionales cercados muy repartidos entre la mayoría de las familias. Estos cercados se localizan en las vallonadas que rodean el pueblo y las aldeas, sobre todo a lo largo de la carretera que une las Ventas y Campofrío. En ellos se concentran la pequeña y marginal pro- ducción cerealística, hortofrutícola y de forrajes que se destinan al autoconsumo y a la alimentación del ganado estabulado.

    En otros tiempos el olivar llegó a tener cierta importancia, pero hoy no supera algunas hectáreas. La falta de una almazara en el pueblo y los bajos rendimientos obtenidos han hecho que los antiguos olivares estén abandonados y convertidos en acebuchares únicamente aprovechados por rebaños de ovejas y cabras.

    La propiedad de la tierra se encuentra muy desigualmente repartida: un 68 por 100 de los propietarios sólo disponen de un 4,6 por 100 de la superficie catastrada; sin embargo, un 1,7 por 100 de los propietarios tienen consigo un 50,8 por 100. Entre las principales propiedades destaca Río Tinto Minera, con algo más de 800 hectáreas.

    La industria, aunque sin representación en el pueblo, tiene un cierto número de empleados en el sector minero en la vecina localidad de Minas de Riotinto. Los planes de regu- lación, las bajas incentivadas y las últimas reestructuracio- nes de plantilla han reducido de forma considerable lo que hace dos décadas llegó a suponer el 57 por 100 de la población activa empleada. Antaño, la industria agroalimentaria estuvo representada por un importante matadero, que dejó de funcionar, restringiéndose ahora este sector a las matanzas tradicionales.

    El sector servicios cubre la pequeña demanda generada en el pueblo en cuanto a comercios, servicio público y asistenciales. Se trata de pequeños comercios minoristas de productos básicos. Para suplir la demanda de productos especializados son habituales los desplazamientos hacia las localidades vecinas de Minas de Riotinto y Nerva.

 

LOS RETOS DEL DESARROLLO

 

       Dos hechos significativos tuvieron lugar en la vida económica de Campofrío en la década de los 50 y 60 y que influyeron en la activación de su vida econórnica (Avila Fernández, D., 1.983): la construcción del dique de Campofrio, propiedad de la Compañía Española de Minas de Río Tinto, en ei que se empleó una importante cantidad de obreros, la mayoría de ellos del pueblo y, en segundo lugar, los abundantes contratos de trabajo oforgados por la mina durante esos años.

    Otro acontecimiento importante, que desembocó en el abandono de dos asentarnientos existentes en el pueblo, Las Ventas de Abajo y Las Majadas, fue el cierre de las minas de manganeso de Cobullo y La Poderosa.

    En la actualidad, Campofrío continúa sumida en un proceso de transtorrnación econórnica. Se intentan paliar sus deficiencias productivas planteadas por una minería en crisis y de la que dependen, directa e indirectarnente, el resto de los sectores que dan empleo.

    Aprovechando las potencialidades naturales con las que cuenta, el turisrno rural parece tener más atractivo ante nuevas inversiones, Las perspectivas de construcción de un Centro de Educación Ambiental en el entorno de Las Ventas de Arriba, patrocinado por la Mancomunidad de Municipios, a través del trabajo desarrollado por su Escuela Taller supuso el primer paso, que hoy parece seguido por nuevas iniciativas en este sector.

    La posible instalación de una granja de avestruces en su término, con aprovechamientos en su vertiente turística y agroalirnentaria, además de un centro de turismo rural, aprovechando las bonanzas mediambientales que otrece su entorno, son, junto con el incipiente desarrollo turístico de Minas de Riotinto, un camino de esperanza para los vecinos de esta población, que aceptan sin temor los cambios socioeconómicos que de ellos se desprendan.

    El Ayuntamiento dispone en su propiedad de abundante suelo urbano para uso residencial e industrial dispuesto para la localización, con notables ventajas comparativas, de nuevas empresas. Además, Campofrio posee indudables ventajas en cuanto a la subvención pública, por estar incluida dentro de la figura Zona de Acción Especial. Sin esperar que las inicitivas inversoras provengan de fuera, los jóvenes y otros parados del lugar también deben emprender las suyas, dirigidas al desarrollo de industrias cárnicas, artesanas u otras,

    Dada la escasa entidad del núcleo, su apuesta por el desarrollo local ha estado encarninada desde su creación a participar activamente en las tareas de la Mancornunidad de Munícipios de la Cuenca Minera, ofreciendo sus recursos y potencialidades líneas de desarrollo marcadas por esta entidad supramunicipal: la contínuidad de la minería, la diversificación de actividades económicas y la apuesta por el turismo rural.

EL PAISAJE DE VENTAS DE ABAJO Y LAS MAJADAS

 

    A finales del siglo XIX y ciurante el primer cuarto del siglo XX, la vida económica de Ventas de Abajo y Las Majadas se desarrollaba básicamente en torno a las minas de manganeso de Cobullos y La Poderosa, actividades que eran complementadas con tareas agropecuarías destinadas al cuidado de los huertos hortofrutícolas y al mantenimiento de pequeños rebaños de cabras, ovejas y cerdos.

    Las aldeas de Ventas de Abajo y Las Majadas se localizan al Suroeste del término municipal de Campofrío. Se sitúan a unos 425 metros de altura sobre el nivel del mar y se enmarcan en un entorno natural de gran belleza, ocupando la parte más baja de una depresión a modo de pequeño valle atravesado por dos barrancos que lievan su mismo nombre. El paraje está rodeado en su parte norte por las sierras de La Bolonguilla, La Mejea y Navarredonda, y las sierras de Las Cañas, Los Rehoyos y Qeraldanes, por el Sur, en el límite con el municipío de El Campillo.

    Con la desaparición de la actividad minera, las aldeas fueron despoblándose de forma paulatina, hasta llegar a quedar vacías. Hoy, las actividades se reducen al pastoreo de un rebaño de algo más de medio centenar de cabras, algunas ovejas y a la cria del cerdo ibérico y retinto aprovechando la montanera de noviembre a febrero. La agricultura practicada en los ruedos de ambas pedanías cayó en desuso, dada su escasa rentabilidad, sus bajos rendimentos y su lejanía de los núcleos poblacionales más cercanos, aunque se conservan pequeños parcelarios con algunos pies de olivo, naranjo y peral. En otras fincas de los alrededores se desarrolla la cria del cerdo ibérico, en régimen de semilibertad. Aprovechamientos menores son la corta periódica de pinos y eucaliptos, localizados en los caballones y laderas, y la saca del corcho de los abundantes alcornoques existentes, que vienen realizándose, según la finca, cada ocho o nueve años. El resto de los aprovechamientos podemos considerarlos como residuales.

    Desde el punto de vista morfoestructural, el pequeño valle sobre el que se asienta Las Majadas y Las Ventas forma una pequeña depresión rellena por depósitos coluviales de matriz arcilloarenosa, fruto del aporte de materiales de ladera y del arrastre de los arroyos estacionales que, aunque con carácter esporádico, suelen tomar gran potencia al tener que salvar en muy corto espacio fuertes desniveles.

    La vegetación natural de este entorno toma una organización muy característica, apareciendo distintas «unidades vegetales» a modo de bandas según su situación en las laderas. En los caballones de las partes más altas aparecen masas de pinos, a veces entremezclados con eucaliptos. A media ladera comienzan a aparecer encinas y alcornoques junto a algunos pinos ocupando el mismo espacio. En las zonas más bajas, donde existe un suelo más desarrollado, predominan el alcornoque y, de forma más diseminada, las encinas.

    Un rasgo especialmente significativo lo constituyen los cauces de los dos barrancos que circundan la zona, al albergar en sus riberas una mezcla de vegetación característica del medio mediterráneo, con especies ligadas a cursos de agua. Parece ser que la respuesta está en la irregularidad de los arroyos a modo de torrenteras, junto a la prolongada sequía del último decenio y su propia situación topográfica, lo que explica la presencia en el cauce de torbisca, labiérnago, lentiscos, adelfares, mimbreras, madroños, tamujos y mortiños.

    La ubicación de Las Ventas, su situación de abandono y escasa transitabilidad facilitan la presencia animal respecto de otras zonas de similares características. Resulta relativamente frecuente localizar por el canto y/o a simple vista numerosas especies de aves propias del ambiente mediterráneo.

    Un grupo de mamíferos muy comunes son los meloncillos, ginetas, tejones y comadrejas. De mayor tamaño que los anteriores, aunque del mismo orden de los carnívoros, aparece el zorro. Mención aparte merece la presencia de otro gran mamífero muy extendido por toda la comarca: el jabalí. De forma más excepcional pueden aparecer algunas ciervas que desde la Reserva Nacional de Caza de La Pata del Caballo bajan a veces hacia esta zona, atravesando la Sierra de La Picota y Padre Caro.

    En la actualidad los niveles de frecuentación de este paraje, por su difícil acceso, se reducen al mantenimiento de varios cercados o parcelas que permanecen en activo, destinadas a la cría del cerdo por parte de algún vecino de la aldea de Arriba. También existe una casa solariega, tan sólo ocupada en contadas ocasiones al cabo del año.

    El entorno de Las Ventas de Abajo cuenta con una única salida natural, que sigue el curso de agua del Barranco. Aprovechando el mismo trazado existe un camino carretero que llega al antiguo camino que unía las minas de Riotinto con Almonaster la Real y Cobullos. Además existen dos caminos más; uno de dirección norte, que, salvando un fuerte desnivel, une estas aldeas con Las Ventas de Arriba y Campofrío, y un tercer acceso que, cruzando el barranco, a modo de senda, se dirige en dirección este hacia la zona conocida como la Navalahuesa.

 

BIBLIOGRAFÍA Y FUENTES CITADAS

 

AVILA FERNÁNDEZ. (1981): Campofrío: una forma de vida entre la sierra y la mina. Instituto de Estudios Onubenses, Huelva.

GORDON, M. Y RUHSTALLERS, S. . (1992): «Análisis etimológico de la macrotoponimia onubense», en Huelva y su Historia, núm. 4, pp. 421-440.

NÚÑEZ y NÚÑEZ, J. (1937): Apuntes históricos de la villa de Campofrío. Imprenta Requena, Aracena.

NÚÑEZ ROLDÁN, F. (1987): En /os confines del Reino. Huelva y su Tierra en el siglo XVIII. Universidad de Sevilla. MAooz, P. (1847): Diccionario geográfico-estadístico-histórico. Huelva. Diputación Provincial de Huelva, 134 págs.

PATRONATO PROVINCIAL DE TURISMO (1995) : Guía turística de la provincia de Huelva. Diputación Provincial de Huelva.

 

 


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